V E I N T I C I N C O

17 7 0
                                    

El día anterior volvimos de la casa de campo. Liet estaba muy emocionada ya que se acerca a mi cumpleaños y volvimos rápido ese día ya que ella quería hacer no se qué.

—Hija hoy vienen tus abuelos para mañana celebrar todos juntos tu cumpleaños —me dice mi madre con una cálida sonrisa mientras friega los cubiertos.

—¿Y papá? ¿Vendrá para mi cumpleaños?

—Eso espero hija —me dice mientras acomoda los cubiertos—. Debería venir.

Suena el timbre de la puerta y corro a ver quien es. La abrí y me Liet me resive con un fuerte abrazo.

—Buenos días señora Bennet —le dice ella a mi madre como una sonrisa.

—Buenos días cariño —le dice mi madre devolviéndo de la sonrisa.

—Ven, pasa —le digo como una sonrisa agarrandola del brazo para llevarla hacia mi habitación.

—Mira ¿qué te parece este vestido? —le digo enseñándole un hermoso vestido de princesa el cual deja descubierto los hombros, es de color rosa claro, tiene estampado de flores y un bellísimo vuelo más corto delante que detrás que va haciendo hondas hacia abajo—. O ¿crees que es mejor este? —le digo enseñándole otro vestido. Este es de color blanco con vuelos tan largos que rosan el suelo.

Liet mira los vestidos de arriba hacia abajo detenidamente hasta que se decide.

—Todos están hermosos pero creo que a ti te quedaría mejor es rosa claro.

Miré el vestido por un segundo.

—Concuerdo contigo —le digo con una sonrisa—. Ahora solo falta los tacones y las joyas. Mi madre me dijo que las fuera a comprar yo.

—¿Y qué esperas? Vamos —me dice dándome una sonrisa. Se la devuelo, me paro de la cama y nos dirigimos hacia su carro.

Llegamos a una tienda llena de zapatos hermoso. Recorremos toda la tienda y yo me quedo envelezada mirandolo todo.

—¿Qué te parecen estos? Pegan con el vestido —dice ella sosteniendo unos hermosos tacones altos color rosa claro con un bordado de flores.

—Me voy a morir comer estos zapatos —pensé.

—Son hermosos Liti pero ¿no crees que son muy altos?

—Para nada Melo, es tu cumpleaños, tienes que usarlos.

—Si tú lo dices —le digo dándole una sonrisa de medio lado y cogiendome de hombros.

—Vamos a la tienda de joyería —me dice con ánimo jalándome del brazo para salir de la tienda.

No tuvimos que subirnos en el carro de Liet ya que la joyería queda a dos pasos de la tienda donde nos encontrábamos antes.

En la joyería hay muchas joyas hermosísimas. Liet pasea a por toda la tienda en busca de algunas que peguen con el vestido. Elige unos hermosos aretes grandes en forma de flor; dos anillos, uno con un círculo lleno de perlitas de color rosado, una flor blanca y una mariposa en una esquina, el otro también es muy hermoso, tiene forma de corona se princesa; también elige una pulsera rosa, una cadenita con forma de mariposas y una bellísima corona con flores color beige.

Me quedo pasamada mirando la bolsa llena de joyas. Todo es bellísimo.

—¿Te gusta? —me dice Liet con una sonrisa.

—No. ¡Me encantan! —le digo devolviéndole la sonrisas.

Solemos de la tienda y entremos en su carro para ir hacia mi casa. Llegamos bastante rápido y fuimos a mi habitación, colocamos las bolsas llenas de cosas en la cama.

Estuvimos hablando un largo rato hasta que suena el timbre de la casa y corro a abrir la puerta.

—¡¿Papá?!

Sí, es mi padre. No había cambiado nada.

—Hija mía —me dice haciendo un ademán para abrazarme.

Hace bastante tiempo que no lo veía. Nunca venía seguido a casa.

—Te extrañé —le digo aún abrazándolo con fuerza.

—Yo también hija.

Se separa de mi y lo llevo hasta su habitación para que dejara sus cosas.

—Hija tus abuelos vedrán mañana para tu cumpleaños.

—¿Charlotte y Matteo? —le pregunto atónita. Esos son mis abuelos paternos. Los señores Bennet.

—Sí.

Y mis otros abuelos también vendrán.

Esto no puede estar pasando.

Un futuro a tu lado (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora