Un futuro a tu lado (EDITANDO)

V E I N T I D O S

—Melo ¿Quieres ir? —me dice Liet entusiasmada.

No me lo pensé dos veces y asentí con la cabeza.

Nos dirigimos los tres al establo donde se encontraban los caballos. Allí estaba Bella; mi llegua que no había visto en años estaba allí. Entré donde se encontraba ella y acaricié suavemente su cuello.

Vi a Fred tomar uno de los sencillos caballos que se encontraban allí. El de él es de crin marrón, tranquilo y bien cuidado. Subió en él y salió cabalgando del establo.

—Vamos Melo —me dice Liet mientras está encima de su caballo, sí, el mismo que me había tumbado de niña.

El caballo relincha y me alejo rápidamente horrorizada.

—No te preocupes Melo, Eclipse no te va a hacer daño —me dice entre carcajadas.

—Liet, no da gracia —la regañé y dejó de carcajearce dándome una sonrisa malévola.

Me monté en Bella, salí del establo junto con Liet y nos dirigimos a la pista de carreras.

Nos pusimos delante de la linea roja la que señalaba el punto de salida. Un hombre tiró un tiro al cielo haciendo un fuerte estruendo y todos los participantes comenzaron la carrera. Comencé un poco después que ellos ya que me quedé asombrada por el estruendo. Iba en último lugar por un tiempo hasta que quedé en el medio. Los gemelos estaban luchando entre ellos por el primer lugar.

A mitad de la carrera Bella se cayó al suelo y me tumbó junto con ella.

—MELODY —grita Fred dirigiéndose hacia mi. Me encuentro tirada en el suelo.

Me paso la mano por la caveza y me quedo petrificada.

—¡¿SANGRE?! —chillé mientras Fred se acercaba a mi.

Después de eso me desmayé.

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—¿Que le pasa a Bella? —chillo levantándome rápidamente de la cama, me da un fuerte mareo y tuve que volver a sentarme lentamente con la ayuda de los gemelos.

—El veterinario la revisó, dice que tiene una grave enfermedad y no le queda mucho tiempo de vida —me dice Liet cabizbaja.

Puse mis manos sobre mi boca y se me llenaron los ojos de lágrimas.

—No puede ser que le esté pasando esto a ella ¿Porqué a ella? —pensé.

Volví a levantarme de la cama con la ayuda de Fred y nos dirigimos al establo a verla. Se encontraba acostada en la arena. Me acerqué lentamente a ella y pasé suavemente mi mano por su hermosa crin blanca.

—No parece estar nada bien —pensé.

En ese mismo instante llegó el veterinario corriendo y examinó a Bella. Estaba estupefacta mirando lo que hacia, hasta que anunció que ella había dejado de respirar.

Abrí los ojos de par en par y caí arrodillada al suelo. Ya estaba llorando.

—Lo siento mucho —dice el veterinario angustiado saliendo del establo dejando sola a Bella que ya no daba rastro de vida.

Fred se agachó a consolarme poniendo su mano en mi hombro.

Después de un rato volvimos a la habitación donde se encontraba Liet que se había dormido sentada en la silla de el frente de mi cama.

Me acosté en la cama con la ayuda de Fred y me quedé dormida.

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—Yo gano —dice Liet con una sonrisa malévola revolviendo las fichas.

—Si, claro, por décima vez —dice Fred poniendo los ojos en blanco.

—Chicos, hay que saber ganar y perder —dice la abuela de los gemelos con una sonrisa.

Nos encontramos jugando dominó al frente de la piscina. Desde que empezamos a jugar la única que había ganado a sido Liet.

—Vamos a jugar otra ronda —dice el abuelo de los gemelos.

Volvimos a coger nuestras fichas. Esta ronda también la ganó Liet.

—Yeiii —chilla Liet con una sonrisa.

Fred puso los ojos en blanco.

Después de unas diez rondas más por fin había ganado Fred.

—Por fiiiiin —suspiró—. Toma eso Liet.

Se estaba haciendo bastante tarde y ya se me comenzaron a cerrar los ojos. Apoyé mi cabeza en la mesa y me quedé dormida.

Sentí como Fred me tapó con una manta, abrí los ojos y me lo encontré recostado en la mesa mirándome fijamente con sus hermosos ojos azules.

—¿Te desperté? —me pregunta con una sonrisa.

Moví la cabeza de lado a lado.

—¿Ya estas mejor? —dice apuntando su cabeza.

—Sí, ya me siento bien —le digo con una sonrisa—, aunque aún me duele un poco la cabeza.

—Vas a estar bien, solo necesitas descansar.

Me levanté del suelo y me dirigí con la ayuda de Fred hacia mi habitación. Me acosté en la cama y me dormí casi al instante.