S E I S

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Liet

—Edith —la llamé por el altavoces de la directora—, necesito que vengas a la dirección de la directora, tengo algo urgente que hablar contigo.

Cojo una lata de pintura que tenía ya preparada, la coloco sobre la puerta y espero hasta que Edith entra corriendo y tumba la lata de pintura.

—¿Qué es todo esto? —dice Edith con enojo.

Me rio a carcajadas al ver a Edith toda pintada de verde.

—¿Esto? Esto te pasa por meterte con personas que no te han echo nada —le digo riendome— y es solo el comienzo.

Edith se limpia la pintura de los ojos para lograr verme.

—Hay pero mira quien es —me dice con una sonrisa de medio lado—. La chica que me quitó casi toda la popularidad de la escuela con su inesperado regreso.

—Hay Edith ¿Es que tu no acabas de entender? —le digo empujando hacia atrás el pelo que estaba en mis hombros y acercandome un poco a ella—. Tu nunca fuiste popular, solo alcanzaste tu puesto porque yo me fui ¿Cómo crees que alguien querría a tan mala persona como tú? —le digo burlandome de ella.

Salgo del salón dandole la espalda para dirigirme a mi próxima clase. Entro al aula y me siento en una de las últimas mesas. La profesora de Matemáticas comienza a dar las clases y me doy cuenta de que yo ya di ese contenido en los años que estudié en Corea, así que saco mi teléfono Samsung para debajo de la mesa y veo que tengo un mensaje de mi madre.

Liliana :

10:55 a.m
Hija, te tenemos varios regalos en la casa. Pegada en el refrigerador te dejamos una nota de donde están tus regalos y una lista de tareas de cosas que tienes que hacer. Nosotros debemos volver a Corea por asuntos confidenciales así que te quedas a cargo de la casa y de tu hermano. Tus abuelos van a ir para allá en una semana.

10:58 a.m
Ah, en el refrigerador también hay pegada una nota con los regalos de tu hermano.

10:59 a.m
Yo y tu padre los amamos a los dos con nuestras vidas así que cuidense mucho.

Una sonrisa se formó al saber que volvería a ver a mis queridos abuelos, Alexa y Francis, después de tanto tiempo.

Volví a colocar mi celular debajo de la mesa. En eso entra al aula la jefa del equipo de porristas.

—Todas las que quieran apuntarse en el equipo de porristas hagan una fila por favor. Necesito sus nombres uno por uno —dice ella sentandose en la mesa de la profesora.

Rápido me levanto de mi asiento y me dirijo hacia la fila para apuntarme al equipo de porristas.

Siempre me a gustado apoyar a mi hermano gemelo en todo lo que hace, aún siendo él el preferido de mis padres. Nosotros nos fuimos a Corea para tomar clases de liderar las empresas de diseño y moda en las que dirigen nuestros padres. Él por ser el varón de la familia debían de haberle asignado el puesto para el liderazgo de las empresas, pero él se negó, ya que ese tipo de cosas a él no le gustan así que yo asumí su puesto para que él pudiera vivir su vida como quisiera. Y tampoco es que me arrepienta, yo amo la moda y poder diseñar mis propios conjuntos siempre fue mi sueño.

Cuando llegué al inicio de la fila donde se encontraba la jefa de las porristas, miré la lista y me di cuenta de que Edith también estaba en el equipo de porristas.

Esto va a ser más divertido de lo que pensé.

—Mi nombre es Liet —le dije a la jefa de las porristas mientras ella añoraba mi nombre en la libreta.

Sonó el timbre de la escuela y ya era hora de irse. Me dirigí a mi puesto para agarrar mi cartera negra y mi celular. Salí de la escuela para irme caminando hacia mi casa.

—Tenía que haber contratado un chófer.

Paso por un bonito parque con árboles frondosos y veo a un chico bastante alto de cabello rubio y ojos verdes que llevaba puesto un uniforme negro con una corbata azul, que efectivamente, era el uniforme de mi escuela. El chico estaba bastante acaramelado con una chica de cabello rubio con betas azules que llevaba puesto un uniforme carmelita, no logré detallar muy bien a la chica pero ellos no eran de la misma escuela.

Seguí mi camino dejando atrás a esos dos chicos pero me quedé pensando en el muchacho, se me hacia bastante conocido.

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Llegando a mi casa lo primero que hice fue comprobar si ya habia llegado mi hermano, y como no fue así, me dirigí a la cocina para leer las notas que estaban pegadas en el refri. Agarré la que decía donde estaban mis regalos y rápido fui a mi cuarto para agarrar las llaves de la cochera. Me dirigí a la cochera y me quedé boquiabierta al ver la gran cantidad de carros y motores que estaban en aquel gigantesco lugar. Brinqué de alegría ya que de 6 carros y motores que habían allí, 3 de cada uno eran míos. Todo lo que era mío siempre tenía escrito mi nombre así que supe enseguida cuales eran los míos y los de mi hermano.

Subí corriendo a mi cuarto para cambiarme el uniforme azul de la secundaria y ponerme un traje todo negro y unos tenis blancos. Volví a bajar corriendo para coger un motor negro e irme a dar un paseo por toda la ciudad.

Un futuro a tu lado (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora