Sawada Tsunayoshi era una persona que anhelaba lo común, lo cotidiano y simple. Saber lo que pasaría el día siguiente era una sensación a la cual había renunciado hacia tiempo, pero deseaba eso al menos en ciertos aspectos de su vida.
Tristemente, sus deseos casi nunca se cumplían desde que ese bebé mafioso apareció aquella mañana.
Con unos pequeños gemidos el Sawada abría sus ojos, una sensación de confusión lo inundó entonces al percatarse del peso extra en sus extremidades.
Levantó levemente su cabeza para mirar su cuerpo cubierto por sábanas blancas, era su futón.
-¿Eh? -se puso nervioso cuando vio un par de piernas salir de dabajo de sus frazadas.
Su brazo útil lo movió lenta y delicadamente para evitar despertar a quien sea que lo abrazaba de forma tan dominante. Más que claro estaba el sonrojo en sus mejillas al teorizar lo que ocurría.
-"¿Otra vez?" -se preguntó cerrando sus ojos con fuerza e intentando safarse de unos brazos.
Cuando lo logró levantó la tela que lo cubrían y suspiró con resignación cuando sus teorías se confirmaron.
De su cabeza y oidos salía humo e inclusive sangre se podía ver chorreando de su nariz.
¿Cómo no reaccionar de esta forma? Tres hermosas mujeres estaban allí, abrazándolo de forma posesiva vistiendo apenas sus pijamas que no cumplían muy bien la función de cubrir sus sensuales y magníficas figuras.
Musubi hundía su brazo entre sus grandes pechos mientras Tsukiumi, quien antes sostenía su otro brazo ahora se apoderó de su torso, en cambio Matsu sostenía su pantalón con una extraña expresión en su rostro. ¿Qué estaría soñando? Se preguntó Tsuna, aunque rápidamente ignoró esas dudas.
Tenía una misión más importante ahora, escapar de aquí sin despertar a sus sekirei, no quería alguna escena en estos momentos.
-"Concentrate Tsuna, puedes hacer esto, debes escapar" -pensó el chico intentando llenarse de determinación.
Fracasó abruptamente cuando bajó su mirada y notó el escote abultado de la rubia manipuladora de agua.
La sensación de sus pechos apretándose en su costado simplemente no dejaban que su concentración llegue a algo.
-Tsuna-tan... ahí no, ellas podrían ver... -murmuró Matsu entre sueños recibiendo una mirada de completa confusión del Sawada que estaba por caer completamente desmayado por sobrecarga de emociones.
Estaba haciendo todo el esfuerzo posible para no soltar uno de sus clásicos gritos, pero no creía poder aguantar mucho más.
Respiró y comenzó su intento de escape, se movia lenta y pausadamente, cuando notaba que alguna estaba por despertar paraba y se quedaba totalmente quieto.
Cuando por fin logro safar las manos de la mujer de lentes de sus pantalones pudo salir de allí. Notó como las chicas pusieron expresiones de molestia, pero al menos no despertaron.
-¿Dónde está mi almohada? -preguntó adormilada Musubi con una tierna expresión en su rostro con algo de baba en su rostro.
Tsuna miró nervioso aquello y estiró hacia ella su almohada que rápidamente abrazo.
-Tsuna... engreído, te odio -habló la rubia con un pequeño sonrojo en su rostro y dando varias vueltas- Tsuna genial, el gritón... hay muchos Tsunas -igualmente Tsukiumi hablaba sin despertar, pero el Sawada no podía comprender nada de lo que decía.
-"¿De qué hablas Tsukiumi-chan? Eres algo rara..." -pensó el castaño con un pequeño tic en sus ojos.
El viento entonces agitó su cabellera, pero él juraría haber cerrado su ventana anoche por lo cual miró hacia atrás llevándose una pequeña sorpresa.
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El Mafioso Ashikabi.
FanfictionA Tsuna, el heredero de la familia mafiosa mas poderosa, la Vongola, se le es encargado una misión de reconocimiento en la ciudad de Shinto Teito la cual debía cumplir. Poco sabia el mafioso sobre los extraños acontecimientos que ocurrían allí y muc...