Capítulo 12. Cuestiones.

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Tsuna caminaba tranquilo por los pasillos de la residencia Asama. Su rostro era bastante más serio de lo normal.

Tomó una decisión y era momento para comenzar a moverse. No podía ganar este ridículo juego así como así, tenía que mover fichas y para ello debía saber contra que iba.

Además era parte de su misión, la información que vaya recopilando se la pasaría de inmediato a Reborn y este, como la cadena de mando indica, al Noveno.

Tras subir las escaleras miró una pared y suspiro posando su mano allí empujando logrando abrir esa puerta oculta.

-Matsu, ¿estás aquí? -preguntó mientras intentaba acostumbrarse a la oscuridad del cuarto que estaba repleto de computadoras.

Miró los alrededores y repentinamente sintió algo que se avanzaba hacia él.

Claro que logró esquivarlo por instinto y con suma facilidad.

La persona se estrelló abruptamente contra el suelo cayendo de cabeza siendo observada por el Sawada que se exaltó al verla lastimada.

-¡Ay! ¡Duele, duele! -exclamó la pelinaranja- ¡Eres muy malo Tsuna-tan! Yo solo quería darte una sorpresa -se quejó la mujer de lentes mientras frotaba el gran chinchón en su cabeza.

-¡A...ah! ¡Matsu! ¿estás bien? -Tsuna rápidamente se acercó a la mujer agachándose para revisarla, era claro que estaba preocupado- ¿Cómo está tu cabeza? ¿para qué haces esas cosas? -preguntó con nervios siendo observado por una analítica Matsu.

-Hmm, ¿quién diría que el jefe de una Mafia podría reaccionar así por una de sus chicas? -mencionó la mujer mientras acomodaba sus gafas y analizando la reacción de Tsuna que se asombró un poco por las palabras de la sekirei.

-¿U... una de mis chicas? -preguntó nervioso cayendo sobre su trasero, era claro que aún le ponía nervioso el tema.

-Sí, yo solo soy una de tus mujeres, tu sekirei , ¿lo sabes verdad? -preguntó ella mientras gateaba hasta el Sawada- Claro que como jefe puedes darte esos lujos jujujuu -se reía en forma chibi ante un avergonzado Tsuna- Ahora que las demás no están podríamos avanzar en nuestro acercamiento -murmuró sonriendo pícaramente con un rubor en sus mejillas.

La misma se sacó sus gafas para ponerlos en el suelo. Lentamente comenzó a sacarse su ropa ante un Tsuna que lo único que podía hacer era quedar mirando.

-¡¿Q...qué haces?! -preguntó cubriendo su rostro Tsuna, aunque abrió levemente sus dedos.

-¿No es obvio? -preguntó la mujer que quedó en sostén y pantis, color negro por cierto.

-¡Espera! ¡Stop! ¡Stop! No vine para eso -habló el chico agitando sus mano.

-Nada es gratis en este mundo mi joven ashikabi -respondió Matsu que ya estaba junto a Tsuna agarrándolo de los hombros para tumbarlo en el suelo quedando ella sobre él.

-¡Hieeeeeeeeeee!

Tsuna miraba atónito su situación, espero que alguien venga y le saque de este embrollo. Se había metido en la cueva del monstruo y ahora tenía que domar a esta bestia.

La sekirei miró curiosa como repentinamente el chico quedó quieto, sus cabellos le cubrieron su rostro y había parado de chillar, lo que era más raro.

-Si es lo que buscas, pues está bien -murmuró Tsuna confundiendo a la mujer pues su tono era completamente distinto.

-¿H... he? -fue una sorpresa para ella cuando el chico la agarró de su cintura y la hizo girar quedando ella abajo esta ocasión.

El Mafioso Ashikabi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora