Capítulo 15. Carga.

943 114 51
                                    

Ya hacía un par de de horas desde la llegada de Kagari y Tsuna a la pozada, todos se vieron alegres al ver a la nueva chica llegar al par vivos, aunque la muchacha tuviera muchas quemaduras y heridas graves, nada que no pudieran tratar allí mismo.

Las sekirei del castaño se preocuparon enormemente cuando vieron al chico con quemaduras en sus ropas, pero este las calmó rápidamente mostrando que no tenía herida alguna.

Ahora el par de sekirei y ashikabi estaban solos en un cuarto, Miya le había dejado algunas cosas para tratar su herida a Homura diciendo que tendría que ser el Sawada quien las trate.

El silencio era algo incomodo, Tsuna no sabía que decir realmente contrario a Kagari que tenía tantas cosas que preguntarle, hablarle, conocerle. Ansias de desprenderse de un peso que llevaba y del cual él ya era consciente.

-Sawada... ya sabes que no soy un sekirei como el resto, ¿verdad? -preguntó sentándose sobre la cama apartando las frazadas.

-Lo sé, Matsu me lo contó todo -respondió con algo de nervios de que se moleste por ser tan intrusivo en su vida.

-Lo que dije hace rato, en realidad no tienes que hacer algo como tomar esta responsabilidad, ahora estoy bien gracias a... a ser alada -mencionó desviando su mirada con tenue rubor.

Tsuna no respondió por unos segundos mientras agarraba una bandeja que Miya dejó con un botiquín de primeros auxilios.

-Soy un error, lleno de fallas, ni siquiera puedo elegir el genero de mi cuerpo -habló con una sonrisa llena de frustración.

-¿Poder elegir...? -Tsuna sonrió con ironía.

Elegir, el nunca pudo hacer tal cosa en su vida desde los 15 años. Luchas, guerras del bajo mundo, muertes, tristeza, desesperación.

Él ya había pasado por tantas cosas en su vida que lo habían llevado a madurar hasta un cierto punto.

Todo por su bien y el de sus amigos, el eligió sí, pero cuando ya estaba metido en este mundo de peleas mafiosas.

Kagari analizó la expresión pensativa de su ashikabi, claramente esa palabra lo había hecho recordar algunas cosas que ella quería saber.

-Sawada, gracias por lo que hiciste por mí, me salvaste la vida -habló sonriendo amablemente- Pero puedo seguir desde aquí, no quiero ser un problema más sobre tus hombros -murmuró mientras intentaba agarrar la bandeja de Tsuna dando a entender que ella misma trataría sus heridas.

-Kagari -Tsuna la detuvo al instante con un tono sereno causando que ella le mire directo a sus ojos- Ahora puedo entender esta reacción que tienes hacia mí -comenzó a hablar cuasando que la chica trague seco.

-Soy un error, un defectuoso a quien se le dio la mera posibilidad de ser alada, nada más -habló mientras miraba su cuerpo femenino agarrando uno de sus pechos- Me odio a mí mismo -su rostro se frunció en ira clavando sus uñas en su cuerpo causando un leve sangrado y más heridas en su cuerpo.

Tsuna escuchó atento hasta que ella finalmente terminó de hablar y supo lo que tenía que decirle. Tenía que demostrar honestidad.

-Yo tampoco pude elegir lo que soy ahora -Tsuna la calló con esas palabras- Soy alguien a quien muchos categorizan como peligroso, alguien que heredó algo que no buscaba, que no quería -su mano fue levantada enseñando el extraño anillo entre sus dedos que brillaba- Algo a lo que tenía miedo por llamarlo malvado.

La joya era hermosa para los ojos de la muchacha.

-Vongola... -pudo murmurar leyendo lo impreso en el Vongola Gear al Sawada.

El Mafioso Ashikabi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora