Capítulo C U A T R O

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No tenía ganas de comer, no tenía energía, no tenía voluntad para ir al instituto, pero la asistencia era obligatoria.

Al menos agradecía que ese día no pasarían clases por el partido de baloncesto de South Park contra Denver.

La bulla de todos los presentes en el coliseo lo ayuda a no sobre pensar lo ocurrido con Pete hace varios días. Todo ese transcurso de tiempo se la pasó evitando al gótico, no sabía como actuar después del momento íntimo que paso junto a él a causa de la droga.

Por alguna extraña razón, la culpa lo carcomía al darse cuenta de que por no saber ponerse límites había puesto su única amistad en la punta de un acantilado.

Era consciente que estaba mal lo que estaba haciendo, pero la vergüenza lo afectaba más, empezó a morderse el labio al sentirse otra vez ansioso por solo pensar otra vez en Pete.

Saco por un momento su celular para ver el chat que tenía con el azabache, ninguno de los dos entabló una conversación desde lo ocurrido.

Casi se le rompían sus tímpanos a causa del grito de victoria de los presentes por la encestada del equipo. Los regulares tics de Tweek empezaron a aparecer después de seis largos años.

La idea de estar en el coliseo ya no le parecía tan buena, no había interactuado con nadie durante tres horas, solo estaba en un rincón de los escalones, autodestruyéndose y criticando a sí mismo por la cosa tan vulgar que hizo. Tenía ese mal hábito desde los nueve años, quizás si su madre lo hubiera llevado al psicólogo antes y no después que cumpliera trece las cosas serían diferentes.

Tweek se empezó a lamentar al haberse ido hasta el último escalón sin pensar antes en su fobia a las alturas, parecía un raro al estar agarrándose de la barandilla como un niñito mientras bajaba con precaución los escalones. Las miradas extrañadas de las personas a su alrededor no le hacían ningún bien.

No le importo a Tweek recargarse en una de las decoraciones de la pared, al fin y al cabo estas estarían esparcidas por el suelo cuando la multitud se fuera después del partido. No se esperó oír sollozos al otro lado del pasillo.

Por curiosidad empezó a dirigirse a la dirección del lloriqueo, provenía del baño de las chicas.-¿Hola?-Era consciente que si alguien lo llegaba ver a dentro del baño de género opuesto estaría en graves problemas, pero como dice el dicho, la curiosidad mato al gato.

De repente el llanto se detuvo, pero Tweek aún podía oír la respiración agitada de la persona que se encontraba en el lugar. Cuando empezó a caminar con desconfianza pudo ver en una de las últimas cabinas del lugar unos botines color crema. Tweek ya se empezaba a hacer una idea de quien podía ser la persona, pero necesitaba verificar si sus sospechas eran ciertas.

.-¿Wendy?-Dijo casi en un susurro para sí mismo.

Inseguro se acercó a la penúltima cabina con pasos que se hacían más torpes cada vez que la distancia se cortaba. Pero cuando iba a tocar la puerta la campana empezó a sonar; No tardo en oír a la distancia los pasos de los espectadores saliendo del coliseo.

Con paso apresurado salió del baño de chicas antes que alguien lo pudiera ver dentro del mismo. Había varía gente dispersada en los pasillos del instituto, hablaban con buen humor al ser conscientes que el equipo de básquet volvía a ser ganador por tercera vez consecutivo.

Era constantemente empujado por las personas mientras trataba de salir de la montonera que se creó minutos después que acabó el partido. Pareciera que para los demás personas era alguna clase de ser invisible el cual estorbaba en su camino. En un momento, un hombre de entre los 40 años lo empujó tan fuerte que perdió el equilibrio.

|Abandoname Mañana|Creek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora