Capítulo XVIII

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Acto 2

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Los chicos estaban acomodados como de costumbre, cada uno en su grupo habitual, pero la situación de Craig era diferente. Su supuesto lugar estaba ocupado por Stan, faltaba un asiento y ya se hacía la idea de que el pelinegro lo hubiera sacado del salón.

Era evidente el resentimiento de sus amigos, especialmente en Cartman y Stan, por haberles llevado la contraria y defender a Tweek.

Mientras miraba a su alrededor, los recuerdos de la noche anterior regresaron a su mente . Se sintió un estúpido por sus palabras impulsivas. Aquella tarde en casa de Tweek, con Hellen merodeando por ahí, había estado tan lleno de euforia y melancolía que se dejó llevar.

Había sido un momento efímero, pero lo había dejado con un resquicio de esperanza que ahora parecía desvanecerse.

Craig tomó asiento al lado de la ventana, ignorando las miradas de reojo de sus "amigos". A su lado, otro asiento estaba vacío, al igual que dos filas detrás de él. A pesar de la soledad, sabía que Tweek prefería sentarse adelante para prestar atención a las clases.

Solo esperaba que su presencia no lo ahuyentara otra vez. Había cometido suficientes errores, y el último mensaje que le envió todavía pesaba en su mente como un recordatorio de lo torpe que había sido.

La campana sonó, todos se callaron cuando el profesor de historia entró al salón, pero todavía no llegaba Tweek.
Mientras el profesor comenzaba a hablar, Craig trató de concentrarse en la lección, pero su mente divagaba constantemente en Tweek, lo que ya era insoportable.

Cada vez que la puerta se abría o los compañeros entraban al salón, su estómago se apretaba esperando el destello de rubio que confirmara su llegada. Pero mientras miraba  por la ventana, observando la rutina escolar, esa esperanza se desvanecía lentamente.

–Sé que sonará extraño, pero un estudiante se está reincorporando a la clase. –anunció el hombre sin mucho entusiasmo. Un estudiante más significaba el doble de trabajo, papeleos y problemas.

Craig no le habría prestado demasiada atención de no ser por ese cabello rubio que, en un primer vistazo, confundió con el de otra persona. Su mente se agitó por un momento, un ligero sobresalto lo recorrió. Pero no, no era quien pensaba. Sin embargo, eso no detuvo las reacciones del resto.

El murmullo de sus compañeros se esparció por el salón. La sorpresa en sus rostros era palpable, aunque no de pura simpatía. Habían circulado toda clase de rumores durante su ausencia. No era de extrañarse, cuando todos estaban al tanto del problemas del mes pasado. Todos habían asumido que Bebe no regresaría.

Pero ahí estaba ella, parada frente a todos. Bebe se veía desaliñada, muy diferente a la chica que todos recordaban. Su cabello, antes impecable, mal peinado en una cola, su intento por cubrir las ojeras era evidente, con el corrector mal aplicado y manchando sus mejillas. Era notorio que había estado llorando por días. Bebe no se defendió de las burlas sobre su apariencia descuidada.

Las miradas que antes le habrían importado ahora no significaban nada.
Ignoró a todos a su alrededor, cada comentario malicioso proveniente incluso de las que se llamaban sus "amigas".

Estaba agotada, tanto física como mentalmente. Estaba rota, sin vida.
Las últimas semanas habían sido un infierno lleno de problemas familiares, declaraciones y terapias que parecían no llevarla a ninguna parte.

Se dejó caer en el asiento de al lado de Craig, sin hacer contacto visual con nadie. Al igual que él, Bebe solo buscaba algo de claridad en medio de tanto caos.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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