EL JARDÍN DE LAS MARIPOSAS VP/ BBB

I

Dicen que si pides un deseo ante el aleteo de las alas de mariposa, ellas se encargarán de llevar tu ruego hasta los cielos, a las deidades para que seas escuchado, entonces, un milagro sucederá.

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¿Lo puedes creer?

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Elijo creer.

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Vegas kornwit theerapanyakul

Dieciocho años después.

Si abriera mi mente a las memorias probablemente encontraría un arsenal de cadáveres y victimas como si mi cabeza fuese una fosa común donde habitan muertos que nadie reclama y nadie recuerda. Cerré los ojos; el hedor de la sangre picaba en mi nariz y el cálido elixir rebotaba descuidadamente sobre el impermeable transparente que protegía mi ropa.

Si estaba rodeado de demonios y almas en pena que suplicaban por una segunda oportunidad, eso solamente quería decir una cosa, todos ellos veían en mí a su redentor; era el rey de los demonios, el juez y verdugo de las pobres almas que nada tenían de inocentes y no me sentía intranquilo por ser llamado demonio o psicópata, ambas palabras me describían correctamente.

-¡Ugh!

El cuarto molar de susan siriporn fue extraído exitosamente debido a mi gran agilidad utilizando el bisturí y las pinzas. Eleve la pieza dental; el sarro no debería encontrarse en la dentadura de ningún criminal, mucho menos debería estar en la boca del hijo del líder de un clan incorporado a la gran mafia.

Negué con la cabeza.- Esto es muy malo, ¿qué demonios hacías que ni siquiera eras capaz de cepillarte correctamente los dientes?

Yo era el líder de la gran mafia y tenía pleno control sobre los clanes alternos, había sido heredero del poder cuando a los dieciocho años mi padre puso su anillo en mi mano, justo una noche antes de ser encontrado asesinado en su despachado por el fuego de un revolver.

Tráfico de armas, creación y distribución de drogas, metanfetaminas, alucinógenos y venenos, lavado de dinero, corrupción política y empresarial, mi trabajo era todo un estuche de monerías para muchos, pero para otros más era la responsabilidad más grande, pues además debía liderar el conglomerado kornwit theerapanyakul el cual contaba con activos en la industria automotriz, médica, farmacéutica y hotelera, por supuesto, mi cargo despertaba la codicia de muchos.

Ser el líder de la gran mafia despertaba la codicia de líderes de otros clanes, pero entre todas esas personas que habían respetado a mi padre hasta su último aliento también se encontraba korn theerapanyakul, mi tío, un enemigo encubierto que obraba a través de terceros.

Volví la vista hacía susan siriporn, el hombre estaba cerca de los treinta y uno, aunque su rostro continuaba siendo agraciado como el de un niño, era un perfecto villano que ahora mismo parecía a punto de dar su último aliento.

El hombre se quejó bajo mi atenta mirada.

-No puedo comprender qué cosa asombrosa pudo ver en ti el mal agradecido de ratanaporn.

Susan siriporn había sido amante de ratanaporn, el ex esposo de mi primo tankhun theerapanyakul hace casi veinte años, su amorío había traído una larga lista de penas y recelos para el hermoso primogénito de korn, quien solamente tuvo la mala suerte de nacer siendo doncel; aunque el matrimonio entre ratanaporn y tankhun fue un simple acuerdo comercial que beneficio en gran medida al novio, esto no evito que mi atolondrado primo terminará cediendo su corazón hasta que este fue fracturado irreversiblemente.