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Cada instante de dicha se paga con dolor, en proporción intensa y temblorosa con la felicidad.

Emily Dickinson.

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Pete phongsakorn saengtham

— Mi mariposa de bellas alas, mi mariposa genuina y de gran belleza esta finalmente aquí...

— ¡Corre pete! ¡Corre!

La casa de mi infancia estaba consumida por las brazas ardientes del fuego y los habitantes que alguna vez sonrieron alegremente mientras se desplazaban con suavidad y gracia tal y como el aleteo de las alas de mariposa se vuelven antorchas vivas y sus gritos salen desgarradores y aunque no comprendo todo, sé que el miedo que siento es real y se intensifica cuando me doy cuenta de que todo alrededor arde y se consume.

— Ven aquí mi bella mariposa, he esperado tanto por ti ...

Mis piernas se mueven y comienzo a correr a pesar de que siento el suelo en mis pies húmedo, resbaloso y caliente debido al fuego; el humo que trepa por los arboles y se esparce me impide ver mi camino así que voy con ojos ciegos y cuando caigo en un refractario de cristal haciéndome daño siento que la esperanza esta rota, pues pronto soy alcanzado por él ... por el hombre cuyo rostro no recuerdo y cuya voz no puedo reconocer pues de aquella noche, la noche en que todo en mi vida cambio solo recuerdo algunas cosas: mariposas, gritos, fuego, dolor y terror.

Mi bella mariposa finalmente esta aquí, viva y en mi poder.

Vegas kornwit theerapanyakul

Pete phongsakorn sangthaem ha caído en un sueño tan profundo que su cuerpo parece carecer de vida mientras lo mantengo sujeto al centro de una jaula atado de manos y pies. La madrugada pasa lenta y aunque afuera sé que mis hombres van y vienen en espera de alguna instrucción mía yo me siento en calma delante de mí víctima, lo analizó mientras fumo un cigarrillo y recorro con mi mirada cada una de sus facciones, formas y movimientos intentando así encontrar diferencias, errores naturales que me hagan terminar por comprobar que el rostro de pete es producto de la desconsiderada y caprichosa naturaleza y no un invento aterrador y villanesco de un enemigo.

Con los brazos estirados en lo alto debido a las cadenas y las rodillas pegadas a un colchón de sabanas de seda blanca que se apoya en el piso, pete tiene el aspecto de una atracción de feria y de serlo, es probable que sería vendido como un ángel caído que ha sido capturado y cuyas alas han sido desprendidas de su cuerpo de un solo tajo, pues ahora mismo parece etéreo, hermoso y frágil, más aún, encuentro en él más semejanza con una marioneta de cuerdas, la cual está lista para ser corrompida y destruida por mí, su titiritero, la única persona que tiene poder y control sobre él y su destino de ahora en adelante.

— Umgh ...

El humo del cigarrillo sale de mi boca lentamente mientras escucho a pete quejarse y veo como se remueve ligeramente, en mi reloj son las tres de la mañana, es la hora mítica en que se cree los demonios y sus secuaces andan sueltos infundiendo miedo en la ciudad y aunque no soy una persona creyente o supersticiosa, todavía considero que las personas pueden tener razón al decir que durante la madrugada el terror se vuelve tres veces peor y la maldad sale a flote sin vergüenza alguna pues de madrugada se han cometido los más horribles crímenes, pues algunos de esos crímenes los han cometido mis demonios por órdenes mías.

— Ugh ...

Los ojos se pete finalmente se abren y aunque en primera instancia parece confundido luego de algunos parpadeos parece recuperar la conciencia y su mirada se enfoca en mí, quien sonríe y lo mira con curiosidad. Estamos rodeados por docenas de mariposas y aunque algunas de ellas han estado reposando, cuando pete se remueve y hace ruido con las cadenas los especímenes voladores comienzan a moverse y vuelan de un lado al otro rodeando a mi víctima quien abre los ojos y luego se tensa en su lugar en una clara señal de pánico.

EL JARDÍN DE LAS MARIPOSAS VP/ BBBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora