IX

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- ¡No!, ¡por favor, no!

El movimiento, los sollozos y los gritos de pete hacen que despierte; todo esta oscuro, pero puedo ver el interior de la habitación gracias a la iluminación del exterior.

- Pete - lo llamó mientras muevo suavemente su cuerpo, pero él no reacciona.

El reloj en la mesa de noche indica que son las cuatro de la mañana. Llamo a pete una vez más, sin embargo, no reacciona, esta sollozando y hay sudor en su frente, entonces sus manos se aferran a mi cuerpo mientras grita. - ¡No, no, no te atrevas! ... Por favor, no - susurra. Algunas lágrimas han comenzado a humedecer el rostro del doncel, pero no despierta así que como puedo lo atraigo en un abrazo y me quedo junto a él en espera de que abra los ojos.

- Estoy aquí pete, ¿qué sucede? - murmuro.

Saengtham abre los ojos y me mira a través de la oscuridad, entonces me aleja y se mueve hasta llegar al borde de la cama. - Pete, soy yo, soy vegas, ¿puedes reconocerme?

Pete se queda en la esquina de la cama, parece listo para echar a correr, pero luego de mencionar mi nombre, la expresión en su rostro se transforma. - ¿Vegas? - pregunta y asiento.

- Estoy aquí, ¿qué sucede, pete?

El joven intenta calmarse, cierra los ojos y respira profundamente más aún, parece incapaz de alejar las pesadillas y el terror de su mente, pues las lagrimas continúan derramándose.

- Pete, habla conmigo, dime qué sucede - insisto.

Pete intenta despabilar y frota sus ojos con ayuda de sus manos, nuevamente he vuelto a poner la cadena en su mano, pues temo que su actitud conmigo sea una treta para intentar escapar. - Pete - lo llamo y él me mira.

Esto que esta sucediendo con phongsakorn me hacen recordar nuestra primera noche junto, en ese momento, las mariposas revoloteando alrededor hicieron que tuviera un ataque de pánico y aunque no puedo decir con precisión qué ocurre con él, intuyo que es a causa de las mariposas, probablemente esos especímenes voladores han venido a atormentarlo en sueños.

- Vegas - pete murmura mi nombre y de forma inesperada se abalanza hacia mis brazos, entonces lo recibo, su cuerpo esta temblando y la respiración es agitada, quiero apartarlo para mirar su rostro y preguntarle qué sucede, pero estoy imposibilitado para hacerlo dado que mantiene un fuerte agarre en mis hombros. - Vegas, por favor, haz que se vayan - dice.

Quiero preguntar a qué se refiere pete, más aún, lo sé, sé que este momento de terror que esta atravesando es a causa de su doloroso pasado el cual esta conectado con su miedo a las mariposas, entonces no hago nada más que frotar su nuca hasta descender por su espalda.

- Has que se vayan, hazles saber que yo ... yo pertenezco a ti y no a ellas... ni a él.

Él ... pete nuevamente menciona el singular plural y yo me pregunto a quién se refiere.

- Eres mío - digo haciendo énfasis en la palabra mío, aunque todavía siento culpa al llamar a pete de esa forma, pues el recuerdo de build aún no destiñe del todo de mi mente y de mi corazón.

Phongsakorn se separa un poco y su cuerpo que esta acomodado en mi regazo se mueve haciendo que perciba el frío de la madrugada, más aún, no pasa mucho tiempo antes de que él regrese a estar sentado sobre de mí, con la diferencia de que ahora sus piernas se mantienen ajustadas a cada parte de mi cuerpo como si deseara encarcelarme entre él y el respaldo de la cama. - Hazlo vegas, haz que ellas se vayan, haz que no pueda pensar en nada más, por favor - dice en una súplica desesperada.

- Pete ...

Los labios del doncel caen sobre los míos y comienza a besarme duramente; tenía la creencia de que la adictiva boca de pete conservaba un sabor dulce de pastel de fresas debido a la merienda que tuvo más aún, en cada ocasión que lo he besado el sabor ha estado presente, por tanto, deduzco que la boca del pelinegro es así, dulce como un postre fino.

EL JARDÍN DE LAS MARIPOSAS VP/ BBBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora