17 - Tu casa

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[Él]
'Al final la volví a encontrar pero... ¿Por qué dije esa línea?' —Suspiró en su mente— 'debí parecer un loco, aunque terminó aceptando...'

Mirando a su costado vio una pequeña figura que lo seguía, era la desconocida con la que se había encontrado la semana pasada. Sin embargo esta vez fue distinto, ella no se veía tan triste como las anteriores veces que se encontraron y Jhon parecía haber visto una pequeña sonrisa cuando se cruzaron pero duró tan poco que parecía una ilusión.

'Eso no importa, no ¡Claro que importa! ¿Por qué sigue a un desconocido que claramente mintió?... Aunque fui yo quien lo ofreció... ¡Ni siquiera llevo un paraguas!'

— Disculpa, no tengo un paraguas... Pero no creo que vaya a llover hoy ¿Que tal si solo te acompaño a tu casa?"

— ...No... No puedo… —Su voz apenas pudo oírse.

'¿No puede? Ahora que la veo mejor...  Mi supervisora tuvo razón, sus padres no arreglaron su pelo, esto es grave' —Sintió lástima por la pequeña— 'Ahora que lo pienso esto es un poco conveniente…' —Jhon palpó la cartilla de la peluquería en su bolsillo— Es un poco tarde pero creo que tenemos tiempo

La chica a su lado se sobresaltó por su pensamiento en voz alta.
 
'Mierd- hablé en voz alta' ¿Me escuchaste? lo siento estaba pensando en voz alta.

Los dos llegaron a la bodega que ya era costumbre ir a lo que Jhon aprovechó para cortar el tema.
— Ya vengo, compraré algunas cosas.

Sin esperar una respuesta entró a la bodega, con paso rápido se fue a la sección de sopas instantáneas encontrando una nueva marca, pero su interés desapareció al ver el precio, a pesar que no aumentaba considerablemente no era más barato que la que compraba normalmente.

— Tiene más ingredientes… especialmente vegetales… —Miró su estómago, el cual empezaba a sobresalir— Que fastidio… —Agarró la nueva sopa y la guardó en su carrito.

Ahora lo que seguía era pagar y como lo había supuesto ahí estaba la cajera, con unos ojos de aburrimiento y desinterés jugaba con una revista. su mirada era afilada, más que la de su supervisora y cuando vio que un cliente se acercaba por un momento le pareció ver que maldijo antes de que su expresión cambiara a una gran sonrisa.
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Cuando fue su turno de ser atendido la saludó como de costumbre y salió lo más rápido posible. Recordar la expresión de la chica lo asustó lo suficiente para que su corazón se acelere.

Ya fuera buscó aquellos ojos que absorbía todo, con solo mirarlos su corazón se tranquilizó y todo dejó de parecer menos terrorífico.

— ¡Qué alivio! —Suspiró— Esos ojos tuyos siempre me tranquilizan…

En algún momento Jhon había sujetado a la chica de sus hombros solo para ver sus ojos. La chica estaba tan sorprendida que había abierto los ojos a más no poder esto ayudó a tranquilizarlo pero ahora los dos estaban desconcertados con la situación actual.
— ¡Heeeee! —De un salto se apartó de la chica— ¡Lo siento! Y-yo no iba a hacer nada malo.

Su acompañante solo le dio la espalda sin dar una respuesta, estaba seguro que la había asustado, se maldijo pero nada de lo que dijera podría corregir lo sucedido.

'Entiendo si te vas ahora pero en serio no te iba hacer nada'

— V-vamos… a tu casa…

— ¿He?

La chica lo volteó a ver de reojo y luego miró al frente de nuevo.

'¿No sé asustó de lo que hice? Bueno ella parece estar preparada mentalmente para cosas peores'

A pesar que era un alivio para Jhon no se sintió agusto.

— Disculpa nuevamente…

Los dos caminaron en dirección de la casa de Jhon.

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Ya en casa Jhon hirvió agua y se cambió de ropa a una más ligera junto con unas zapatillas. Su cuerpo se sentía libre después de quitarse ese pantalón y camisa que utilizaba en su oficina. No era un conjunto muy formal pero al utilizarlo como "ropa de trabajo" le daba un aire de pesadez cada vez que lo utilizaba, estaba seguro que era algo psicológico pero no podía quitárselo de la cabeza.

— Cierto la cartilla de la peluquería. —La sacó de su pantalón.

Volvió a la cocina pasando por la sala, la chica no parecía haberse movido de su asiento autodesignado. Sirvió las sopas instantáneas y llevó los platos a la mesa.

— ¿Quieres? Debes tener hambre —Le ofreció el plato.

La chica solo asintió y acomodó el plato al frente suyo. Jhon tomó asiento y empezó a comer. Sus miradas no se cruzaron en ningún momento y si no fuera por los sonidos de masticar estaba seguro que ni siquiera se daría cuenta de su presencia.

— Oye… ¿Quieres acompañarme afuera después de comer?

Inmediatamente la chica dejó de comer y sin levantar la mirada movió su cabeza en señal de afirmación.

— Qué bien… —Intentó sonar alegre a pesar que sus expresiones eran muy rígidas y casi le sale un gallo— 'Bien, lo conseguí… bueno todavía no pero esto es un avance'

Un poco más tranquilo Jhon terminó su cena calculando sus cucharadas para que ambos acaben al mismo tiempo.

— Esta sopa sabe mucho mejor que la anterior, espero te haya gustado.

— M-muchas gracias.

— No hay de qué. —Recogió los platos de la mesa.

— Y-yo puedo lavar los platos… por favor.

— … Genial, me sería de mucha ayuda.

Su interacción era muy pobre, además de incómoda y tosca, pero dentro de cada uno se alegraba de poder responder al otro.

Dos desconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora