Dos desconocidos

29 - Regreso

El sonido de diversas aves formaban una melodía que aligeraba el silencio, personas iban y venían contemplando grandes jaulas con una especie en específico de ave, ya sean las simples aves domésticas hasta aves majestuosas y coloridas de zonas nunca antes tocadas por personas comunes de ciudad.

Jhon y su sobrina caminaban mientras se detenían a contemplar cada una de las jaulas, asombrándose por la gran variedad y el color de estas. Habían estado toda la mañana viendo a las aves por lo que decidieron comprar una bebida para cada uno.

— No es precisamente un zoológico pero es algo muy similar. —Estiró sus piernas antes de descansar en una banca de madera.

Su sobrina también lo siguió sentándose a su lado, pero al escuchar su comentario inclinó su cabeza confundida.

— ¿He? —Abrió su botella con jugo.

— Parecía que querías ir a un zoológico, mencionaste a una jirafa mientras estabas dormida. —Abrió su botella con agua.

Cómo haciendo memoria, concentró su mirada en la nada y pensó en su sueño. De un momento a otro apretó la botella y un poco del contenido salió expulsado de este.

— ¿¡M-mi sueño!?

— ¡Oye! Ten cuidado. —Sacó un pañuelo de su mochila y limpió la banca que acababa de ser mojada— Mencionaste a una jirafa. —Terminó de limpiar la banca y siguió con el muslo de su sobrina.

— ¡Heeeeeeee!

— ¿No estabas pensando en un zoológico?

— ¡NO! ¡Digo sí!

Jhon tiró el pañuelo y sacó uno nuevo.

— Tu cara está toda roja. —Limpió su sudor— Me hubieras avisado que estabas cansada.

Su sobrina no pudo negarse a la atención de Jhon y dejó que él la limpiara mientras evitaba soltar algún detalle de su vergonzoso sueño donde no había ningún animal.

— Hay que tomarnos nuestro tiempo.

— …

— Si lo sé, parece que estoy de humor hoy día.

— …

— Exacto pagué las entradas sin dudarlo, no te preocupes no es necesario que me lo devuelvas.

— …

— Sé que es extraño, yo mismo me analizo para saber cuándo actúo distinto a lo habitual.

Ambos tomaron un trago.

— Cuando me pasa algo bueno siempre lo veo desde otro ángulo quitándome el mérito de haberlo conseguido, es una ideología que las personas con baja autoestima recurren —Tomó un nuevo trago y miró a su sobrina a los ojos— No pienses de esa manera… utilízalo solo para no aumentar tu ego, mantente al margen. Que ella me besara tuvo que tener otro objetivo, le estuve dando muchas vueltas pero esa es mi conclusión.

Su sobrina abrió sus ojos oscuros empezando a absorber su inseguridad, como si estirara sus emociones para que dejen de temblar.

— ¿No son pareja? —Rápidamente cubrió su boca pero fue muy tarde.

Apartó la mirada con pena regresando así su conciencia.

— No, tampoco es que lo haya pensado. Me gustan mucho las chicas pero me pregunto porque no puedo ir más allá de cierto punto, es extraño, pero dejando eso de lado, te estaba dando un ejemplo con lo que me pasó. No le quites mérito a tus logros aunque sean pequeños. Aprende eso también.

Durante esa semana que vivieron juntos Jhon le dió muchos consejos pero como no se le venía nada a la cabeza tuvo que darlos con forme se acordaba o se le ocurría, por esto los consejos siempre venían de forma imprevista.

— ¡L-lo pondré en práctica!

Jhon lo pensó toda esa mañana, el beso de Stefany realmente lo animó, sin embargo también pensó que tenía otra intención con eso.

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Saliendo del aviario su nuevo destino fue un parque cercano, los dos conversaron sobre el comportamiento humano y sus interacciones para formar parte de la sociedad.

— (...) En resumen, simplemente deben de saber de tu existencia, que al mirarte te reconozcan, que al escuchar tu voz sepan que eres tú sin mirarte. Cuando eso pase puedes decir que eres parte de tu comunidad.

En algún momento su sobrina estaba con un cuaderno apuntando las palabras de Jhon.

— Y todo eso… con un saludo…

— Exacto, puede agregarle una variación al tono o algo que lo caracterice, quizás un saludo poco común, como "hi" "hello" "Hoola" "Holaa" "holá" y varías, es común en jóvenes y como nadie te conoce hasta ahora será fácil que asocien el saludo contigo, además que es menos vergonzoso que un desconocido te escuche a que un conocido te vea actuando distinto.

Su sobrina agitó su cabeza mientras cerraba sus ojos con fuerza.

— Por lo que me contaste vas por buen camino, pero ahora debes de correr, estás atrasada en el tema de socializar, no tengas pena en que vean esos errores, ellos son desconocidos así que no importa.

— S-sí…

— ¡Sube esos ánimos!

— ¡Sí!

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[Ella]

Después de almorzar en un pequeño restaurante decidió volver a su casa. El plan original era que pase los fines de semana con su madre pero por los sucesos del viernes recién volvió a su casa.

Ahora las bolsas de basura se encontraban hasta fuera de la misma casa, normalmente ella sería quien se encargue de sacar las bolsas de basura cada que se iba al colegio. Esto la sorprendió ya que no esperó un cambio significativo si ella abandonara su casa.

Sacó de su mochila una llave e ingresó, de inmediato una atmósfera pesada la cubrió al igual que un olor amargo.

Aunque es difícil de admitir esto le es muy familiar.

Ingresó con paso temeroso viendo las habitaciones al lado del pasillo, botellas, basura, polvos blancos, jeringas, pipas, comida, bolsas de basura por doquier. Parecía que alguien acababa de asaltar la casa sin embargo este era el estado "normal" en el que siempre estaba la casa. Siguiendo su camino se dirigió a la cocina, encontrando a una mujer apenas arreglada y con una botella en la mano.

— Regresé… mamá…

La mujer a quien identificó como su mamá dirigió su mirada para reconocerla, después de unos segundos de vacilación cambió el agarre de la botella sosteniendola esta vez del pico, invirtiendo también su mano.

— ¡MALDITA PUTA!

Con la botella como arma se lanzó contra su propia hija.