[Él]
Una delgada figura pálida estaba al frente suyo, por un momento dudó de lo que veían sus ojos, parpadeó un par de veces pero esa ilusión no desapareció.
La pequeña chica que había traído a su casa se estaba desvistiendo, deslizando su falda hacia abajo pudo ver ligeramente cómo su columna y costillas sobresalían ligeramente de su piel.
Levantó sus delgadas piernas para quitarse su falda lentamente, sus movimientos no parecían sensuales, sino tímidos y dudosos como si ella no quisiera hacerlo, su cara no mostraba ninguna expresión pero habían pequeñas lágrimas en sus ojos.
Cuando deslizó sus brazos hacia atrás para quitarse el sostén sus miradas se cruzaron. Ella inmediatamente bajó la mirada pero lentamente siguió intentando quitarse la prenda.
— ¡E-espera! ¿Qué estás haciendo? —Rápidamente Jhon se cubrió la cara sonrojada, pero no tapó por completo un ojo para poder dar un vistazo inconscientemente.
— ...¿Quieres... Hacerlo tú mismo...?
— ¡No! ¿De qué estás hablando?
— ...¿No querías... que tomemos un baño primero?
— ¡Nunca dije eso, ponte la ropa!
Nunca había pensado que su abuelo tuviera tanta razón, pero esto lo sorprendió mucho.
'No, acá hay algún problema, mi abuelo no puede estar en lo cierto' —Pensó Jhon.
La chica un poco confusa empezó a vestirse, esta vez Jhon se volteó para darle privacidad.
— ¿Ya puedo mirar?
— ... Sí...
Ya vestida Jhon se le acercó y se sentó en un extremo de la mesa.
— No entiendo por qué hiciste eso pero yo nunca te lo pedí
— ...¿No me ofreciste la toalla para bañarnos?
— ¡Ya dije que no!
— ...Entonces... prefieres sin baño... —Inclinó un poco su cabeza para olerse a sí misma.
— ¡No! Otra vez estas malinterpretando las cosas —Respiró profundamente para tranquilizarse.
— ...Pero me recogiste en la calle...
'¿Recogí? ¿Por qué utilizó esa palabra?' —pensó Jhon.
— Solo te iba a acompañar porque estaba lloviendo.
— ...¿Y los.. Co...condones... Que compraste?
— ¡No compré eso! Solo compré sopa y agua.
'¿Desde el principio me siguió pensando en eso? ¿Por eso actuaba tímidamente?'
Estaba a punto de regañarla pero la tetera empezó a sonar así que se levantó y fue por la sopa instantánea.
'Que niña más rara por qué se acercaría así a un desconocido, eso es muy peligroso, espero no lo haga seguido... No pensé que lo que dijo la vecina fuera a suceder así... Espera...'
Vertiendo el agua al depósito de la sopa un pensamiento cruzó por su mente.
'...Ella inventó una excusa a la vecina para salvarme... ¡¿Hasta donde estaba dispuesta a llegar esta chica?!'
Para cuando volvió a la realidad vio que estaba a punto de derramar el agua, levantó rápidamente la tetera y la dejó sobre la cocina.
— Eso estuvo cerca...
Abrió el sobre de condimentos, lo esparció por la sopa, lo movió un poco y tapó el depósito.
Dirigiéndose a la mesa se sumergió en sus pensamientos otra vez.
'Pensé en darle unas palabras para que se reconcilie con su mamá pero esto es más grave de lo que pensé, ¿Qué debería hacer?'
Sentándose en la mesa dio una vuelta a un cronómetro en forma de gallina, dejó todo en la mesa y se sentó nuevamente frente a la chica, esta vez cruzó los brazos y se puso derecho para dar un aura de madurez, aunque la sopa instantánea y la gallina-cronómetro no ayudaban mucho.
Ella no levantó la mirada solo se encogió más de lo que ya estaba.
— Primero que nada ponte erguida levanta la cabeza.
— ¡! —Esto sorprendió a la chica y dio un pequeño salto.
— Sabes soy malo para dar consejos, y los consejos que me dieron no son nada apropiados para dártelos a ti, no sé qué es lo que tienes ni por lo que has pasado pero nunca vuelvas a hacer lo que hiciste hoy, ¿Entiendes? —Dijo con un tono serio.
— ... Lo siento...
— No quiero una disculpa, solo quiero que entiendas que lo que has hecho está mal y reflexiones sobre lo sucedido"
—...Ok... —Respondió a un tono casi inaudible y se encogió nuevamente.
— Muy bien, no vuelvas a hacer eso, es un tema muy delicado y no deberías ir por allí con cualquiera —Suspiró— Ahora... Sobre el tema con tu madre... Espera...¿No quisiste ir a tu casa porque pensaste que lo íbamos hacer allá?
— ... Lo siento... —Se encogió aún más.
Jhon sostuvo su cabeza.
— Esto va por mal camino —Susurró— No importa, ponte derecha.
Dando otro pequeño salto se enderezó nuevamente.
— ...¿Tienes problemas en tu casa? "
La chica se quedó en silencio pero asintió un momento después.
— ¿Le has hablado a alguien sobre eso?
Siguiendo en silencio agitó la cabeza lentamente en forma de negación.
— ¿Por qué no? ¿Ni a una amiga o un familiar?
Ella simplemente se quedó en silencio y se encogió. Jhon solo pudo suspirar.
— Ok, supongo que tienes vergüenza contarle a alguien cercano... Que tal si piensas de esta manera"
Levantando un dedo se señaló.
— Si no quieres contarle tus problemas a tus conocidos y molestarlos ¿que tal si le cuentas a un desconocido?
La chica levantó ligeramente su mirada pero no lo vio a la cara.
— Nosotros no somos conocidos, ni siquiera sabemos nuestros nombres, así no molestarías a tus conocidos ¿No crees?
Esta vez levantó la mirada pero solo pudo ver un ojo ya que el otro estaba tapado por su flequillo. De nuevo pudo ver ese ojo negro y a pesar de ser solo uno otra vez sintió que sería absorbido por él.
En su mirada se podía ver un rastro de asombro e iluminación, pero a la vez tristeza. Si no fuera por el sonido del gallina-cronómetro él se hubiera perdido otra vez en su mirada.
— Cierto la sopa...
Miró a la chica un poco dudoso y luego se dirigió a la cocina. Pudo encontrar una manzana y un pan un poco duro.
Cuando la vio semidesnuda se dio cuenta que era muy delgada, pero no tanto como para tener algún problema con la comida. Apartó un plato y volvió a la mesa.
— Primero comamos un poco.
Sirvió media sopa en el plato y le dio la manzana, él cogió el pan duro.
— Come, debes estar de hambre.
— ... Disculpa por molestarte.
— No te preocupes come nomas —Movió su mano en señal de desinterés.
Le sorprendió que no lo negara, por lo menos ella es consciente que debe de comer más. Eso lo alegró un poco.
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Dos desconocidos
RomanceEl amor a primera vista no siempre es posible, aveces debes de esperar a que las dos partes se den cuenta de lo que sienten, a veces meses o días. Pero siempre hay que saber esperar ese momento.