6 - En casa

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[Ella]

Apenas cerró la puerta se recostó en ella. No podía creer todo lo que pasó en la última hora.

'¿Será todo una ilusión?'

Un chico se había preocupado por ella, aunque al principio pensó que solo quería una noche de diversión.

'... No... Él lo dijo... Es una cadena para su beneficio...'

Sentimientos confusos estaban opacando su mente, no podía diferenciar si lo que pasó era cierto o no.

'... Regresé a casa...'

Levantó la mirada para ver el pasillo frente a ella. Había dos puertas en cada pared y de una de ellas salía un delgado haz de luz, al parecer hay alguien dentro.

'...¿Mamá estará con sus amigos?'

Caminando hacia la puerta recordó las palabras del desconocido de su ilusión. '¿Qué tal disculparte? Sería más apropiado decirlo tú antes que se entere' no importaba si era una ilusión o no, estaba segura que debía hacerlo, pero el miedo a ser golpeada nuevamente la paralizó.

Presionó sus manos en su plano pecho e intentó controlar su respiración.

inhala, exhala

Intentando tranquilizarse recordó la sonrisa del desconocido en la ilusión, haciendo que se sienta caliente su pecho, a pesar de estar empapada.

Con el suficiente coraje acumulado estiró su mano hacia la chapa de la puerta pero antes de siquiera tocarla esta se abrió.

— ... ¡¿HE?! ... ¿Quién eres?... ¿QUÉ HACES EN MI CASA?

Al abrirse la puerta una señora de aproximadamente cuarenta años empezó a gritar. Su pelo estaba despeinado y emanaba un olor a alcohol, su delgada blusa se desprendía de uno de sus hombros y junto a ella el olor a impureza. Ella era su madre.

— ...He vuelto... Mamá... —Respondió agachando la cabeza y levantando sus manos para cubrirse.

Pero su madre miraba en distintas direcciones sin fijarse en su hija, cuando por fin la vio arrugó las cejas y torció la boca.

— ... Humm... A ... ¡TÚ!... ¿Qué quieres?

Tambaleando de un lado a otro su madre caminó a la otra habitación. Esto la tranquilizó y bajó sus brazos.

—... Quería... Decirte que...

— ¿Hug? —Levantó las cejas

— ...Yo... Rompí tu... Espejo, el espejo verde...

— ¡¿Qué?!

Inmediatamente volvió a levantar sus manos y se encogió sobre sí.

— ... Verde... ¡Verde! JajJAjajaJa... Es el que ME regaló Carlos... No... Marlos... Ma.. Mar... Mari...¡MAILO! No espera ese era el perro... JajJaJajA no importa si no lo recuerdo entonces NO importa...

Levantó lentamente su cabeza, cuando su mamá pasó por su costado una jeringa se desprendió de su brazo.

Los ojos de la pequeña chica estaban muy abiertos, no era por la jeringa que cayó, eso era algo normal en su casa, sino porque su mamá no le había pegado como ella lo había imaginado.

'¿Será por la droga?' pensó la chica.

Entrando a la habitación de donde salió su mamá esquivó las botellas en el piso y extraños globos con contenido dudoso. Cogió un escobillón y un recogedor para recoger la jeringa que había caído.

Cuando volvió con la jeringa también limpió un poco la habitación. Pero no limpió la mesa, la última vez que limpió la mesa que tenía polvo blanco encima, su madre enloqueció y la castigó como nunca antes para luego encerrarla un buen tiempo.

Todavía sorprendida por el comportamiento de su mamá fue a la otra habitación, era el comedor, siempre pensó que tener una sala aparte del comedor era un buen diseño, así no tenía que interrumpir las reuniones de su mamá.

— ... Mamá ... La cena...

— ...¿Todavía estás acá?... En el refrigerador hay comida ve tú...

— ... Ok...

Se dirigió al refrigerador apartó unas bolsas de basura y abrió la puerta, dentro de él había varias latas y botellas de cervezas a pesar de tener un refrigerador exclusivo en la sala para eso.

Buscó entre la jungla de cervezas y encontró un plato con una presa de pollo a medio comer, era una gran porción, al parecer su mamá y sus amigos no acabaron la comida para tener más tiempo de diversión.

Metió el plato en el microondas puso el tiempo y subió a su habitación a guardar su maleta, la lanzó sobre su cama y varios libros se desparramaron, entre ellos un paraguas de color rosa.

Rápidamente secó su pelo y manos para luego buscar en su velador varios papeles hasta que encontró uno, buscó un lapicero y bajó a la cocina otra vez.

Los papeles eran para cambiar de escuela, solo necesitaba la firma de su apoderado.

Lavó un vaso y sirvió cerveza en el lado de su mamá de la mesa, acomodó dos platos y cucharas.

Su mamá estaba en el baño haciendo ruidos extraños así que todavía tenía tiempo. La alarma del microondas sonó con un 'Tic tic' sorprendiéndola un poco.

Sacó el pollo y lo dividió en dos partes, una grande y una pequeña, estas las acomodó en los platos y el vaso con cerveza lo puso en el sitio de su mamá, rara vez comían juntas pero hoy parecía un día especial.

Su mamá regresó del baño con baba aun saliendo de su boca y cuando vio la mesa no pudo evitar levantar una ceja. Tomó asiento y empezó a desmenuzar el pollo con el tenedor.

Sabía que a su mamá no le gustaba verla mucho tiempo así que rápidamente comió su pequeña parte de pollo, cuando acabó sacó los papeles y el lapicero.

— ... ¿Qué traes allí niña? No ME ocultes NADA.

Rápidamente mostró los papeles de cambio de colegio.

— ...S-son los papeles... De cambio... De colegio...

Era la cuarta vez que le pedía su firma pero las anteriores veces habían terminado igual, con una paliza.

— ... ¿COLEGIO? ¿Sigues en esa mierda? Pensé que te estabas prostituyendo con ese uniforme, aunque no ganarías mucho con ese cuerpo enclenque JaJajAjAja —tosió— Estas mierdas no sirven para nada, aprende como yo, tengo a tres tipos pagando tu manutención y ni siquiera sé si eres su hija jAjJajjaJa —Volvió a toser.

Estos comentarios hicieron que agache la cabeza y que sus hombros empezaran a temblar, no duró mucho hasta que empezó a llorar.

— ¡Deja de llorar! ¿Qué mierda te pasa? Estar en un colegio o en otro es lo mismo ¡Nada cambiará! Seguirás siendo la misma niña llorona y tonta.

Le arrebató los papeles y después de rallar las hojas se las lanzó.

—Si vas a llorar lárgate, no te quiero ver —Escupió.

Recogiendo los papeles subió corriendo a su habitación.

'...Tiene razón...' —Pensó— '...Seguiré siendo la misma...'

Sus lágrimas inundaban sus ojos y caían en su chompa ya húmeda por la lluvia, entró a su cuarto y lloró sin detenerse hasta que sintió entumecidos los ojos.

Quería recoger los papeles y borrar las rayas del lapicero esta era la cuarta vez que pedía estos papeles y la dirección de su colegio le advirtió que no se los volvería a dar si seguía 'perdiéndolos". Es decir era su última oportunidad.

Con los ojos borrosos recogió los papeles pero su respiración se detuvo cuando los miró. En la ubicación de 'Firma del apoderado' vio un garabato, esta era la firma de su mamá.

Dos desconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora