capitulo 11:entre chismes y promesas

227 24 12
                                    

Ochako empezó a dar muchas vueltas en la cama sin poder volver a dormir, miró el reloj y eran las 5 AM. Luego entendió que al dormirse temprano había despertado temprano y se maldijo internamente por causar este sufrimiento.

Ya sin ánimo se levantó y se arregló un poco seleccionando un buzo holgado para ir al gimnasio de los dormitorios. No quería usar su traje ajustado como la noche anterior si estaría sola y menos usar un labial si no se encontraría con nadie, así que tomó su botella de agua y se fue.

Ya de camino al gimnasio notó que alguien estaba entrenando por el ruido, se acercó sigilosamente y se asomó a ver de quién se trataba. No era nadie más que el compañero que le robó toda la tranquilidad la noche anterior y rápidamente se puso nerviosa, pensó en volver corriendo a su habitación y cambiarse al conjunto sexy, aplicar el labial, entro otras cosas, pero se le cayó la botella de agua y esto alertó al chico en cuestión.

-katsumi, ¿Tanto demoras en una simple salida a trotar?-dijo el chico mientras se acercaba a la puerta y sorpresivamente no se encontró a su hija.

Ambos chicos estaban tan avergonzados que desviaron la mirada sin notar que ambos estaban felices, sorprendidos y ruborizados por esa grata sorpresa por así decirlo. Katsuki pensaba que todo lo de la noche anterior como ver a Ochako vestida sexy y con el labial que le compró eran parte de su sueño, que de por sí era el más casto desde que llegó katsumi. Por otro lado Ochako estaba avergonzada por sus deseos la noche anterior y no sabía si era apropiado mirar a su compañero a los ojos.

-Anoche no entrenamos, ¿Verdad?-dijo el chico finalmente mientras se alejaba un  y aclaraba su garganta- lo lamento, creo que me quedé dormido-la verdad no sabía cómo había llegado a la cama y mucho menos porque estaba con ropa deportiva o con el rostro lleno de rayones, sentía que debía buscar respuestas sobre los culpables para hacerlos mierda, pero extrañamente esa no era su prioridad en esos momentos, solo quería saber si había herido a la chica por faltar a su práctica.

-No es problema, yo llegue tarde así que es mi culpa-dijo la chica admirando la espalda del chico y pensando que efectivamente era mejor que la del actor porno de la noche anterior.

-Bueno ambos tenemos la culpa entonces-dijo mientras preparaba sus manos con vendas para empezar a usar el saco de boxeo, pero sintió algo en su espalda y al girarse encontró a su compañera con una expresión algo triste y sus mofletes inflados.

-tu… yo… ambos estamos aquí…practicar podríamos-dijo la chica esforzándose por sacar cada palabra de su boca. Tenía miedo a ser rechazada y sentirse tonta.

Por otro lado katsuki la miró de reojo, esa expresión la habría calificado como patética en cualquiera otro momento y en cualquier otro extra, pero en ella se veía adorable. Algo que si aceptaba es que le chocaba escucharla hablar tan insegura como si fuera una maldita extra infantil insegura de mierda, era algo que realmente quería que superará cuando fuera su mujer… y ahí estaba de nuevo pensando en un futuro donde ella era su mujer.

-Al ring baby yoda-dijo tratando de sonar lo más calmado posible mientras la ansiedad lo consumía por cada micro segundo que pasaba dónde la chica no se movía.

Ochako se quedó paralizada tratando de calmar sus nervios mientras se repetía para si misma: “acepto, acepto, acepto” una y otra vez hasta que fue un poco más fácil reaccionar al hecho de que el peli cenizo la esperaba.

Al subir al ring trató de guardar la compostura para explicar las posturas básicas al momento de iniciar una pelea, junto a ejercicios de respiración para que sus movimientos fueran más fluidos, pero la paciencia del chico era corta.

-Mi postura está bien, ¿Cuándo empezamos a pelear?-dijo claramente molesto.

-Tu postura es pobre, falta estabilidad y te podría derribar con un solo movimiento-dijo mientras lo derribaba sin mayor esfuerzo-eso no debería ocurrir.

la teoría del bucle cerrado-(Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora