Once: Home

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Jennie asintió levemente, no conocía mucho a Jimin, solo lo suficiente para saber que era tan poderoso como Taehyung, esperaba que pudiera hacer algo contra él.

—No quiero dejarte sola —dijo Jennie, porque no quería que sufriera, si mágicamente su tacto hacía que no sintiera el dolor de los humanos, creía que debía quedarse a su lado, como un deber, una clase de destino.

—No sería la primera vez que he pasado por esto, y no había nadie quien actuará como mi anestesia, y estoy aquí —Roseanne se encogió de hombros, sonriendo de forma simple pero que no dejaba de ser hermosa en sus facciones— No va a pasarme nada, solo... Es feo sí, pero al menos me consuelo con la idea de que ellos no están sufriendo solos, que estoy con ellos, de alguna manera.

—¿Por qué pasó? —preguntó Jennie, luego de un momento en silencio— La primera vez ¿Algún otro Dios escapó o algo?

Roseanne negó.

—Nunca, ningún Dios ha escapado de Taehyung, hasta ahora, todos le tenían miedo a lo desconocido del Mundo de Abajo entonces... Nunca nadie quiso arriesgarse, a desobedecerlo, a enfrentarlo... —se encogió de hombros— Y la primera vez que pasó... Pues, fue la razón de mi expulsión, fue mi culpa, fue cuando me volví una Diosa Indeseada.

>> Taehyung me creó para cuidar de los humanos, y para que esté más conectada a su Mundo, lo hizo a partir de una flor del Mundo de los Humanos.

—Igual que a mí —murmuró Jennie, Roseanne sonrió levemente.

—Quizás por eso estemos tan conectadas —comentó— Y bueno, mi labor no era como los otros Dioses, no como Jisoo o Lisa que tenían que acomodar la luna, el sol y las estrellas, y armar la oscuridad y la luz... Los humanos son independientes por sí mismos, ellos hacen su vida, sus hogares, su familia, su alimento; yo solo... Muy cada tanto los ayudaba, si alguno estaba muy enfermo los curaba, o si les faltaba comida les conseguía, o si faltaba agua los ayudaba a conseguirla, e incluso, un par de veces había bajado a su tierra para educarlos, sobre su salud, sobre el agua, o sobre cómo cosechar, como conseguir alimento... Era lindo estar entre ellos porque me hacían sentir menos sola, como si perteneciera a ese lugar, como un hogar.

>> Los humanos son muy especiales, ellos tienen cosas que los Dioses no, ellos crean su familia con quiénes comparten sangre, y otra donde comparten sus mejores energías, les dicen amigos... Muchas veces se juntan entre ellos para ser felices, no por un interés u obligación.

>>Los Dioses no tenemos eso, nuestras vidas son solitarias y manejadas por el poder y las responsabilidades, los humanos no tienen nada de eso y por eso pueden estar juntos solo para ser felices.

—Solo fui una vez a su mundo, y los he visto ser felices entre ellos, de he muy bonito —Roseanne asintió, tenía un brillo de emoción en sus ojos, le encantaba hablar de sus humanos, y por primera vez encontraba a alguien que le interesaba— Creo que tenemos cosas que aprender de ellos también.

—El mundo de ellos es hermoso, tiene tantas cosas tan diferentes, me encantaría volver allí... Hace mucho tiempo que no voy —Roseanne sonreía por los recuerdos— Pero... Un día Taehyung estaba aburrido y empezó a crear cosas para hacer más "interesante" el mundo.

>> Entonces hizo que se secaran sus cultivos y que el agua escaseara, muchos animales se fueron y otros no, pero los Humanos no pudieron, entonces murieron de hambre.

>>Taehyung comenzó a extender los desiertos y acortar la vida de todos... Luego creó enfermedades y la gente seguía muriendo.

>> Yo estaba encerrada en mi palacio sintiendo todo aquello, hasta que un día me cansé y le dije que los Humanos merecían un mejor Dios, uno que los dejara vivir justamente, que no les hiciera la vida difícil sino que los dejara vivir, le dije todo lo que pensaba... Y a él no le gustó nada.

𝑳𝒂 𝑻𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑫𝒊𝒐𝒔𝒆𝒔 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐𝒔 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora