Dieciocho: Not Today

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Nini intentaba animar a Roseanne todo lo que podía, pero la dolida Diosa solo se quedaba en la cama, la gatita se acurrucaba a ella para abrazarla, pero no estaba funcionando para nada bien, porque solía correrla.

Por su parte, Roseanne aún sentía algo del aroma de Jennie en las sábanas, olía como a flores, como a algo rosa, algo bonito y a algo suave, era tan difícil de describir, y le parecía horrible que sólo en ese momento pudo notar aquel aroma de la castaña, solo cuando estaba ausente podía notar ese detalle.

Un golpe en su puerta, ni siquiera podía mirar.

—Roseanne, soy Jimin...

Asintió, sabía que era él, si ya no tenía a nadie más en aquel mundo.

Antes de Jennie estaba sola, y ahora, sin ella, volvía a ser igual.

Todo parecía haber retrocedido en el tiempo, todo parecía lo mismo, pero todo se sentía tan vacío, y no ayudaba que Jimin intentara hablarle como si las cosas estuvieran bien, ni que Nini la molestara.

—Las Catástrofes terminaron... Los Humanos están a salvo —dijo aquel Dios, Roseanne no respondió— ¿Necesitas algo?

—Quítame esta gata de encima —dijo, sonó mucho más enojada de lo que estaba.

Nini bajó las orejas dolida, ella solo quería ayudar, y le había prometido a Jennie que cuidaría de Roseanne, no sabía que iba a ser tan difícil, poco a poco sentía que no podría hacer nada, que era una inútil.

—Roseanne, la chiquita solo quiere ayudar.

—¿Por qué duele tanto? —preguntó, Jimin tardó en entender a qué se refería, pero no tenía respuesta— ¿Tú sabías? —preguntó, por primera vez se levantó ligeramente para mirarlo— ¿Sabías que se iría no?

—Eso no es el punto, Roseanne, venía a-

—Tú le abriste un portal, estoy seguro, tú la ayudaste, a ella y a Jisoo... Todo a espaldas mías...

—Roseanne, no entiendes, ¿Qué querías? ¿Qué más Humanos siguieran muriendo? —dijo Jimin, enojado— Dios, eras tú la que tiene que cuidarlos, Roseanne.

—No entiendes —se giró para dejar de verlo, volvía a llorar.

—¿Qué no entiendo? Explícame.

—Jennie... Cuando la tocaba no sentía dolor, no sentía a mis Humanos, cuando ella estaba conmigo era solo ella y yo... Desde que llegué aquí he estado sola, mira el único que viene a verme es el estúpido dueño y creador de este lugar... —Jimin suspiró al escuchar eso sobre él— Yo estaba sola, no lo sabía... Jennie me enseñó.

>>Antes... Yo iba a ver a los Humanos para tener una compañía, aunque sea un rato... Para no sentirme sola, no sabía que era así.

>>Y cuando Jennie llegó ella... Ella vino para abrazarme y calmar todos mis dolores, ella me hacía sonreír, me hacía poder descansar y poder estar despierta también, ¿Sabes lo que es eso? Con ella... No importa qué hacía, con ella podía hacer todo.

>>Ella me escuchaba y me preguntaba muchas cosas pero sería aprender... Aprender a vivir, a ser libre... Ella quería ser libre, sólo eso, ¿Por qué todo tiene que ir tan mal por un deseo tan justo como ese? —las lágrimas volvían a caer de sus mejillas, sorbio su nariz, Nini se acercó a su espalda y se acurrucó detrás de ella, en un intento de apoyarla un poco, aunque estaba seguro que no serviría de nada— Jennie era libre de ir a dónde quería... Y eligió estar conmigo, ¿Sabes lo que es eso? Ella me hace sentir como sí... Como si importara.

𝑳𝒂 𝑻𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑫𝒊𝒐𝒔𝒆𝒔 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐𝒔 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora