EFERVESCENTE (#3)

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El sendero de vuelta a casa era más pesado que el de ida. No es fácil tener una casa en la colina más lejana del bosque. Hyunjin tomó un rumbo diferente, pues él vivía en el pueblo. Mientras caminaba con trozos de ciervo fresco en mi mochila, no dejaba de pensar en la plática que habíamos tenido yo y mi amigo en la mañana.

El reclutamiento, ¿Cuándo será?, Posiblemente en unas pocas semanas, los soldados y su campamento se instalarán para poner un campo de prueba. Los chicos más valientes se apuntarán, y con suerte, lograrán ser parte de los cazadores. Enfrentando a esas bestias emplumadas, teniendo una base militar, protegiendo a nuestro mundo.

Y a los que desgraciadamente vivimos en él.

¿Y yo?,¿Qué iba a hacer yo, mientras cientos de chicos iban a ser recordados, y pelearían con honor y gloria?, Nada. Absolutamente nada, me quedaría de brazos cruzados. Quizá lo único que llegue a tocar con mis flechas, no será más que carne de animales.

Pero no iba a permitir que eso pasara, por el resto de mi vida.

Las rocas pequeñas crujían bajo mis pies. Ya estaba por llegar, observé a lo lejos, en la cima de la colina, mi casa. Y por primera vez, sentí un vuelco en el estómago, y una aceleración en mi pulso, que me dieron ganas de salir huyendo en vez de entrar.

Subí sin jadear. Me dejé balancear por mi peso, el pasto era tan fresco y verde, que aún en total penumbra, se podía ver. Las cigarras se oían a lo lejos, con su típico rozar de alas, y los búhos hacían un leve resplandor con sus ojos brillantes.

Finalmente, llegué y toqué la puerta. La madera chirrió cuando mamá la abrió. Al verme, me dedicó una dulce mirada y se limpió en su delantal tan blanco como la nieve.

—Qué bueno que llegaste, querido, —Dijo, y me acarició suavemente las mejillas. — pasa.

Se hizo a un lado, y yo pasé respirando el olor a hogar. La cabaña estaba limpia y fresca, me senté en el sillón de terciopelo, en la sala. Suspiré agotado, mi madre cerró la puerta y al ver el botín de ciervo y manzanas, sonrío.

—¿Compartiste con Hyunjin? —Preguntó de espaldas a mí, en la cocina, para inspeccionar la caza.

—Sí.

—Muy bien. —Dijo satisfecha, y comenzó a acomodar las manzanas en la pequeña alacena. — Ve y lávate las manos, prepararé algo rico para que cenes. Debes estar hambriento.

Me moría de hambre, ¿Para qué mentir?, pero primero quería hablar de algo con ella. Solté un suspiro, me levanté del sillón y me le acerqué, respirando el olor a vainilla y a flores, que su cabello —Ahora trenzado. — desprendía. Mamá volteó y dejó las cosas para mírame con una sonrisa.

—¿Está todo bien, hijo?

"No, no lo está" pensé, y tragué saliva.

—Sí, —Dije con nerviosismo. — lo está.

Mi madre escrudiñó mi comportamiento. Alzó una ceja, y tras una larga pausa, volvió a su ánimo relajado, concentrándose en volver a acomodar las manzanas.

—Ya vete a hacer lo que te dije. —Sentenció ella. —¿O no tienes hambre?

Era ahora o nunca. Estaba relajada, tranquila, podría decírselo. Pero no me gusta estar con rodeos, odio el drama.

Tenía que pensarlo, una persona civilizada piensa antes de decir o de actuar. Sin embargo, mi mente disparaba todo tipo de pensamientos tontos.

Además, yo no era una persona civilizada.

CIELO EN LLAMAS (MINSUNG)Место, где живут истории. Откройте их для себя