LEE MINHO.
Habían pasado exactamente quince días desde nuestra llegada a la cuidad. Tiempo suficiente en el que pude aprender sobre el manejo de la tecnología en casa de los señores Bang. Incluso llegaron a otorgarme mi propio teléfono móvil, aunque no lo utilizaba demasiado. Al menos, no tanto como Félix y Christopher. Se me hacía un poco absurdo que, estando al lado de una persona con la libertad de hablarle, le envíes un mensaje de texto incoherente.
De igual forma, ese tema me tenía sin cuidado. Estaba un poco nervioso, pero para ser honesto, últimamente había muchas cosas que me ponían a la defensiva, y de mal humor, sino es que ansioso e irritado. Sobre todo, el hecho de que mi amistad con Hyunjin había ido menguando poco a poco en los últimos días, a tal punto de que sólo nos hablábamos para cosas básicas, y eso muy en el fondo, me dolía.
Suspiré un tanto melancólico mientras las gotas de agua resbalaban por mi cuerpo, estaba tomando una ducha matutina, cuando llamaron a la puerta del baño.
—Minho, ¿Estás allí? —Era la voz de Félix, quién últimamente se comportaba más amable conmigo de lo habitual, a pesar de mi indiferencia.
—¿Qué demonios quieres ahora, rubiecita? —Le dije, un tanto malhumorado. —Estoy a mitad de un baño.
Escuché su típica risita tonta, seguida de una disculpa, y después, un carraspeó incómodo que tornó su dulce voz en una bastante profunda y madura.
¿¡Cómo carajo hace eso!?
—Lamento interrumpir tu hora de baño, Minho. Pero hace poco te mandé un mensaje de texto, avisándote que te alistaras porque tendremos una visita algo inesperada.
Salí de la regadera y envolví mi cuerpo en una bata de baño, me dirigí a la puerta y la abrí un poco, asomando la mitad de mi complexión por la abertura. Algunas gotas de agua resbalaban por mi húmedo cabello, y tuve la impresión de que el pecoso se sonrojó cuando lo miré directamente.
—Sabes perfectamente que yo no leo los mensajes de las personas que están en el mismo lugar que yo. —Respondí con frialdad. —Ahora, sal de mi habitación.
Félix suspiró pesadamente, asintió en silencio y solo me dedicó una última mirada resignada mientras daba media vuelta, y salía de la habitación. Hyunjin y yo aún dormíamos juntos. Pero desde nuestra discusión ya no hacíamos las cosas a la par, él se levantaba más temprano que yo, e iba a dar un paseo matutino acompañado de Kkami y Chris, mientras que yo me duchaba y le ayudaba un poco a Félix con sus tareas o al señor Bang a reparar ciertos fallos en los sistemas de sus productos.
"Genial, una visita inesperada, ¿Quién demonios puede ser tan importante como para tener que alistarme?" pensé para mí mismo mientras me dirigía al enorme espejo de cuerpo completo, que estaba situado justo al lado del armario.
—Buenos días, joven Lee. -La voz de Teia, mi asistente personal programada con IA, sonó a través del espejo. —son las ocho cuarenta y cinco de la mañana, ¿Desea saber por cuántas horas durmió profundamente?
—No Teia, gracias. -—Respondí con una sonrisa, y me senté en la orilla de mi cama. - Necesito que me des ideas para verme bien hoy, pero sin dejar de ser yo.
—Aquí tiene. —Dijo Teia, mostrando en la superficie del cristal varias imágenes sobre looks casuales, aunque la mayoría me parecían bastante decorosos. -—Ideas sobre atuendos matutinos, ¿Le interesa alguna de éstas sugerencias?
Solté un suspiro lleno de pesadez mientras me levantaba de la cama y arrastraba los pies hacia el espejo, deslicé mis dedos sobre éste, desplazando las imágenes a mi gusto.
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CIELO EN LLAMAS (MINSUNG)
FanficEl cielo azul ya no existe más, uno nuevo se ha iniciado, la guerra entre seres celestiales y humanos no ha finalizado. Una oscuridad eterna rodea al mundo, obligando a quienes están en él a sobrevivir. Pero nada te llevas sin haber perdido algo, el...