Disnea: Dificultad para respirar muy difícil de describir.
HAN JISUNG.
Cuando pasaba por el portal, mi cuerpo sufría cambios radicales. Experimentaba náuseas y mi respiración disminuía, también mi estatura y mi capacidad para ver cambiaban para adaptarme a el mundo humano. Con la falta de aire me daba cuenta de que el portal no hacía más que descender.
Lo más doloroso, era que mis hermosas alas se contraían, y al fundirse con la carne de mi espalda, desaparecían. Estos cambios externos e internos tenían un propósito, el parecerme más a un verdadero humano, para que éstos, no detectaran mi verdadera naturaleza.
Una luz blanca me encandiló y el dolor en mi cuerpo me dieron la señal de que estaba a punto de llegar. Finalmente, sentí como mis alas se desplumaban y desaparecían con un piquete agudo.
El portal me terminó por escupir en algún punto de la tierra no muy habitado. Caí sobre mis rodillas, acostumbrándome a esta sensación tan extraña de caminar sobre mis dos pies.
Suspiré lo más fuerte que pude, mi cuerpo temblaba y el aire denso se coló por mis pulmones. Miré a mi entorno, todo parecía estar calmado. No era tan diferente del Olimpo, pero parecía menos estético. En el Área Dorada las flores y el pasto crecen al unísono, todas tiene la misma forma, sin defecto alguno.
Aquí en la Tierra, todo era desorden., las plantas tenían cualquier estructura y los árboles eran modificados de forma, haciendo lucir a sus copas extrañas, pero hermosas figuras.
Me puse de pie. Al principio, mis pies tambaleaban e incluso me llegué a caer. En el Olimpo utilizaba mucho más mis alas, pero ahora, más seguro de mí mismo, coloqué ambas plantas del pie sobre el suelo, acariciando el pasto con mis dedos, y logrando un equilibrio perfecto.
Bueno, casi.
Eché una mirada furtiva a mi espalda. Se veía rara sin el par de enormes y llamativas alas que estaba acostumbrado a portar. Curiosamente, la hacía lucir más fuerte y más atractiva.
Sonreí satisfecho con ese pensamiento, pero sentía que algo me hacía falta.
De repente, hice memoria. Los humanos utilizaban un montón de ropa diferente a las túnicas que nosotros, los dioses y arcángeles llevábamos, y que vergonzosamente, no nos cubría nada.
Afortunadamente, frente a mis narices estaba una vivienda humana, con una cuerda que sostenía varias prendas en diferentes formas, tamaños y colores. Ya había escuchado como se llamaban, "Un pantalón de mezclilla" "Un suéter blanco" y una "camiseta sin mangas".
Al colocármelas, me sentí más cómodo. No divisé a nadie, por lo que mi mente me sugirió avanzar.
Caminé largos senderos, y todo me parecía igual. El paisaje verde salpicado de distintas flores me comenzó a irritar. La consecuencia de mi metamorfosis surgió efecto, respiré agitadamente y me senté sobre una madera lisa y firme.
Estaba agotado, y, sobre todo, hambriento.
Maldije por lo bajo. Venir al mundo oscuro era muy mala idea, pero, aun así, era grande y maravilloso.
Además, una de mis grandes naturalezas, era el ser curioso.
Me sequé el sudor de la frente con mi antebrazo. De repente, escuché a lo lejos, un sonido muy irritante, algo parecido a un llanto, pero la criatura que lo emitía lo hacía con tal fuerza, que por un momento pensé en un grifo herido.
Levanté la vista, y frente a mí visualicé una casita de mármol detrás de una cerca de madera. El llanto se hacía más fuerte y frustraba mis oídos.

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CIELO EN LLAMAS (MINSUNG)
FanficEl cielo azul ya no existe más, uno nuevo se ha iniciado, la guerra entre seres celestiales y humanos no ha finalizado. Una oscuridad eterna rodea al mundo, obligando a quienes están en él a sobrevivir. Pero nada te llevas sin haber perdido algo, el...