1.Reconexión

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– Centro Médico de Hillwood–

El pasillo estaba lleno de todo tipo de personas, algunos estaban muy nerviosos, otros tratando de no matar a los nerviosos, incluida una joven sentada en medio, esperando la voz que pudiera salvarla de este infierno.

- ¿Helga G. Pataki está aquí?

- ¡Sí! Aquí estoy, ¡Finalmente! - La chica se levantó de la incómoda silla y caminó rápido. Respiró hondo y golpeó la puerta frente a ella, una puerta que la hizo sentir ansiosa y feliz al mismo tiempo.

- Entra por favor. - Su dulce voz atravesó la puerta.

- ¡Hola doctora! - Dijo Helga con su falsa voz de enojo.

-¡Helga! ¡Es bueno verte de nuevo! No te he visto desde...

- Desde que te fuiste de Hillwood y me abandonaste después de que me prometiste que nunca lo harías, sí, lo recuerdo bastante bien.

- Lo siento mucho Helga pero como te había explicado antes, fue mi jefe quien decidió cambiarme a otra ciudad, pero si mal no recuerdo, te referí con mi colega.

- ¡Oh sí! ¡Ese estúpido! No funcionó.

- Bueno, lo siento mucho... Pero ahora... dime, qué ha cambiado en todos estos años...

- Ok, estás por escuchar una historia patética... ¿Recuerdas al cabeza de... quiero decir, recuerdas a Arnold?

- Por supuesto, todas nuestras citas anteriores fueron sobre él y tu familia.

- Ok... Le dije de mis sentimientos.

La psicóloga casi se ahoga con su té.

- ¿Tú qué? ¿En serio? ¿Cuándo?

- Bueno, fue hace un tiempo, cuando estábamos casi terminando el cuarto grado.

- No puedo creerlo... estabas muy decidida a guardar tu secreto.

- ¡Doi! Ese era mi plan... pero encontró la manera de hacerme cacarear.

- ¿Y cómo te sentiste al respecto?

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– Parque de Hillwood–

- Confundido... totalmente confundido Gerald... no podía creerlo. - Dijo Arnold mientras caminaba con su mejor amigo por el parque.

- Puedo imaginarlo. ¡Cómo pudo decírtelo en un momento así!. - Su voz sonaba exagerada.

- Espera un momento... Gerald... ¿Sabías de esto... verdad? - Su mejor amigo realmente lo conoce.

- Para ser honesto... sí mi amigo, lo siento.

- Pero... ¿Cómo?... Phoebe, ¿verdad?

- Sí, bueno, nos contamos todo amigo, a diferencia de ti conmigo últimamente.

- Sí, lo siento pero... después de ese día mi mente se convirtió en un desastre, no podía entender nada. Mi abuelo me dijo tiempo atrás que ella sentía algo por mí, pero yo no podía creerlo, hasta ese día.

- Y, ¿qué pasó después?

- Nada, absolutamente nada. Seguimos tan amigos-enemigos como siempre, pero no pude dejar de pensar en ella, comencé a notarla en su "verdadero yo".

- ¿Su "verdadero yo"? - El niño se detuvo a comprar una paleta helada a un hombre frente a ellos.

- ¡Sí! Todo este tiempo, Helga no era la chica amargada y violenta que siempre había pretendido ser. Vi cómo ayuda a los demás sin decir nada, cómo me mira cuando "no podía notarla", es tan... dulce.

Hillwood Tales- LatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora