35. ¡Gerry está en casa!

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— Tienda de localizadores de Bob- parte trasera de la tienda -

Era una mañana tormentosa de los últimos días de abril, los fuertes vientos golpeaban los viejos escaparates de la tienda de localizadores. Una gran gotera la estaba volviendo loca, tratando de pensar en otra cosa, sin ningún resultado, nada podía empeorar para Helga, excepto que su mejor amigo intentaba demostrarle su punto.

- ¡¡Mira Helga, ¡Mira!, Jamie O está tomando sus manos.

- Vamos Geraldo, solo están hablando de su examen de admisión.

Se hundió más en la silla, tratando de mirar más a su teléfono celular. Mientras el moreno miraba aún más de cerca a los hermanos mayores en la cocina.

- ¡Oh Jamie O, eres tan brillante! Mira, ya no necesitas mi ayuda.

- Oh no Olga, si me va muy bien es gracias a ti... gracias... Ahora que casi terminamos el tiempo de estudio... me preguntaba si podemos...

- Olga, cariño, por favor ayúdame con esto... - Bob notó el ambiente romántico e incómodo en la habitación, hecho que tampoco pasa desapercibido para Helga y Gerald. - ¿Por qué sigues aquí?

- Estaba estudiando con Olga, Sr Bob, Sr Pataki, pero terminé... tu hija es excelente... y excelente profesora quiero decir. - Su voz sonaba totalmente nerviosa.

- Criminal Gerald... tenías razón...

- ¡¡Te dije!! ¿Qué haremos ahora? - Gerald estaba totalmente sorprendido, como su amiga.

- Bueno... Necesitamos un plan...

- ¡Hola a todos! ¡Estoy aquí y necesito ayuda! -De repente y sin que nadie lo esperara, la abuela de Helga estaba en la puerta del negocio.

- Mamá, ¿qué haces aquí? - Miriam salió de su "cuarto" completamente asustada. Cada vez que compartía una habitación con su madre, se las arreglaba para quebrarla.

- Miriam, no te pasmes y ayúdame, Olga aquí tengo otro para ti... Helga, querida, ven y dame un abrazo.

- Lo siento Gerald, pero ya tengo otra situación aquí. - Helga corrió a los brazos de su abuela.

- Pero...

- ¿Gerry qué haces aqui?

- ¿No puedo venir a ver a mi nieta sin motivo?

- No puedes. ¿Qué hace aquí, señora? - El gran Bob se unió a la conversación, casi tan atónito como su esposa.

- Siempre tan amable Robert. Tengo noticias para ti, el gobierno me quitó todo, así que de ahora en adelante viviré contigo.

- ¿Qué? - Dijeron todos los Pataki al unísono.

- Jamie O, creo que es hora de irnos... tienen un asunto familiar aquí. - susurró su hermano menor.

- ¡Demonios! Tienes razón, tendré que invitar a Olga más tarde.

- O nunca, ¡vamos! Adiós Helga, ¡nos vemos en la escuela mañana! - Los hermanos Johanssen salieron corriendo dejando a la familia con el drama.

- Mamá, no podemos acomodarte... Aquí apenas hay lugar para nosotros.

- ¿Dejarás en la calle a tu madre anciana y viuda?

- Así es, ¡así que fuera! - Bob tomó las maletas y estaba a punto de sacarlas cuando Miriam se interpuso.

- Olvídalo Bob, no puedo dejarla, es mi madre.

- ¡Pero Miriam!

- Papi, mamá tiene razón, somos familia y nos necesita.

- ¿O si? ¿Y dónde va a dormir? - Preguntó desafiante el hombre de la uniceja.

Hillwood Tales- LatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora