32. Arnold va al psiquiatra

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- ¿Qué estoy haciendo? - Preguntó en su mente por milésima vez. - No, tengo que hacerlo... no solo por mí, sino también por los demás. - Jugó un poco con sus piernas, un poco nervioso, y suspiró para recuperar el aliento.

- ¿Está Arnold Shortman aquí? - La secretaria llamó su atención.

- Sí, soy yo.

- Es tu turno, el médico te está esperando.

- Oh de verdad gracias, estaba perdido en mi mente y... -El chico trató de justificar sus torpes pasos, pero al acercarse al mostrador, descubrió que la joven ni siquiera lo escuchaba. Siguió su camino, dudando un momento antes de abrir la puerta, pero la voz de la doctora lo sorprendió.

- Adelante, con confianza.

- Hola... disculpe Doctora, profesora, ¿Cómo debo llamarla? - Dijo avergonzado, antes de romper la lámpara antigua que estaba frente a él. - Oh... lo siento mucho... estoy nervioso y últimamente... estoy destrozando todo a mi alrededor.

- Oh no se preocupe caballero, solo fue un accidente. No era muy importante para mí. - La señora sonrió dulcemente y con su mano le indicó que tomara asiento, el chico obedeció y fijó sus ojos verdes en los de ella. - Bueno, yo soy la Doctora Bliss y estoy aquí para ti, tenemos una hora para hablar de lo que quieras, pero... Me gustaría empezar haciéndote 2 preguntas, primero, ¿Por qué estás aquí? y la segunda, ¿por qué dijiste: "Últimamente estoy destruyendo todo lo que me rodea"?

- En realidad la respuesta a la segunda pregunta responde a la primera... Estoy aquí porque siento que he perdido el control de mi vida... ¡No sé qué me pasa!

- Esa es una declaración bastante fuerte para alguien de tu edad. - La doctora hojeó su historial y volvió su atención a su paciente. - Tienes 12, ¿verdad?

- Sí, pero... Mi vida es muy complicada.

- Ok, ok, empecemos desde el principio, para descubrir cuándo perdiste el control. Pero primero, relájate, es muy normal sentir eso.

- ¿En verdad?

- A veces yo también lo siento, pero no te preocupes, juntos encontraremos la respuesta. ¿Entonces, Arnold? .... espera un minuto... ¿Eres Arnold Shortman de la PS 118?

- ¿Sí doctora? ¿Hay un problema?

- Oh no, ninguno. Empecemos. - Dios mío, finalmente conoceré al famoso Arnold. - Háblame de tu familia, ¿quién vive contigo?

- Je, aquí empieza todo... mi familia es... un poco peculiar la verdad. Mis padres trabajaron en la selva cuando eran jóvenes y amaban su trabajo, ayudaban a mucha gente allí.

- ¿En realidad?

- ¡Sí! Trabajaban construyendo casas para los pobres y atendiendo sus enfermedades. Son geniales y... sus vidas cambiaron cuando nací.

- ¿Por qué piensas eso?

- Debido a que la jungla era tan peligrosa para mí, decidieron regresar a Hillwood, donde creció mi papá.

- Eso suena razonable para mí. A veces, cuando una persona experimenta una vida tan aventurera, llega un momento en que añora la paz de un hogar tranquilo y normal.

- Tal vez, pero su yo servicial no estaba de acuerdo. Y cuando una cultura que los necesitaba los llamó, regresaron a San Lorenzo, sin embargo, sin que nadie lo supiera, enfermaron y... no regresaron.

- Ya veo...

- Entonces me dejaron al cuidado de mis abuelos. Son como mis segundos padres.

- ¿Cómo te llevas con ellos? - Preguntó la doctora mientras ella no paraba de escribir y se sorprendía, saber el otro lado de la historia, era inquietante.

Hillwood Tales- LatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora