Slytherin Princess

Potter apesta

Los días siguientes a la elección de campeones Hogwarts se encontraba patas arriba. Nadie en el colegio parecía contento de que Harry Potter hubiese sido elegido campeon.
Pansy era capaz de entender la actitud de los de Hufflepuff, aunque no le hiciera mucha gracia, porque ellos tenían un campeón propio al que apoyar. Tampoco esperaba otra cosa que insultos por parte de los de Slytherin. Al inicio intentó no prestar atención, pero algo en ella le pedía a gritos que interfiriera, quizá fueron aquellos recuerdos de su vida pasada, ella sabía a al perfección lo que era ser repudiada, aislada. Y aunque todos los demás se negaran a querer verlo, Harry Potter solo era un niño. Un niño sediento de cariño que se aferraba y mostraba lealtad a quien fuera que le demostrará un poco de afecto.

La clase doble de Pociones constituía siempre una mala experiencia, aún no sabía la razón, pero por mucho que se esforzará, Pansy no conseguía más que un aceptable. Estar encerrada en una mazmorra durante hora y media con Snape y un maldito caldero que se negaba a cooperar era una de las cosas más frustrantes que ella pudiera imaginar.
Cuando, después de comer, ella, Theo y Blaise llegaron a la puerta de la mazmorra de Snape, se encontraron a los de Slytherin que esperaban fuera, cada uno con una insignia bien grande en la pechera de la túnica. Pansy no comprendía a qué se debía la convención de tontos a la entrada de la masmorra, hasta que escucho pasos tras ellos y se encontró cara a cara con el motivo de tanto escándalo.

—¿Te gustan, Potter? —preguntó Draco en voz muy alta, cuando Harry se aproximó—. Y eso no es todo, ¡mira!
Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje en caracteres luminosos rojos, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:
Apoya a CEDRIC DIGGORY:
¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!, desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde:
POTTER APESTA
Los Slytherin en la puerta berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados. Harry notó que se ponía rojo de furia.

—¡Ah, muy divertido! — dijo Hermione a un grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie—. Derrochan ingenio.

—¿Quieres una, Granger? —le dijo Draco, ofreciéndosela—. Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.

Potter estaba rojo de ira. Antes de que se dieran cuenta de lo que hacía había tomado la varita mágica. Todos los que estaban alrededor se apartaron y retrocedieron hacia el corredor.

—¡Harry! —le advirtió Hermione.

—Vamos, Potter —lo desafió Malfoy con tranquilidad, también sacando su varita—. Ahora no tienes a Moody para que te proteja. A ver si tienes lo que hay que tener...

Se miraron a los ojos durante una fracción de segundo, y luego, exactamente al mismo tiempo, ambos atacaron:
—¡Furnunculus! —gritó Harry.
—¡Densaugeo! —gritó Malfoy.

De las varitas salieron unos chorros de luz, que chocaron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy apunto a Hermione, más fue interceptado por un ágil movimiento de varita por parte de Pansy. Goyle chilló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos.
Sin embargo nadie parecía mostrarle mucha atención, ya que las miradas sorprendidas de los pocos alumnos cerca se mantenían fijas en una Slytherin pelinegra que devolvía su varita a su lugar

—¡Parkinson! — Draco gruñó hacía ella apresuradamente.

Potter y Weasley se apresuraron a asegurarse que su amiga castaña estuviera bien, dando un pequeño suspiro de alivio. La chica en cuestión estaba ocupada mirando confundida a la Slytherin que la había ayudado.

— ¿Qué? — preguntó Pansy a Draco en tono tranquilo, como si realmente no supiera que había hecho.

— Acabas de intervenir en mis asuntos — volvió a gruñir el rubio.

— Deja de comportarte como un niño berrinchudo — le regañó la pelinegra — si quieres crear problemas hazlo en un lugar donde no molestes.

Draco quedó momentáneamente mudo, para cuando recupero la palabra la chica ya se había alejado en compañía de Blaise y Theo.

Sigo viva jeje
La verdad es que no había actualizado porque, pues bueno porque pasaron muchas cosas que la neta yo sé que no le interesan a nadie así que para que las digo.
Pero he vuelto