Callejón Diagon

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Afortunadamente para Pansy se había equivocado

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Afortunadamente para Pansy se había equivocado. Sus "padres" nunca estaban en casa, por lo que la chica no había tenido que soportar verlos. Según lo que Hipny había mencionado, la pareja había estado asistiendo a reuniones clasificadas. Pansy no sabía con exactitud cuáles, pero tenía una sospecha sobre de que podrían tratar.

Hacía dos semanas que la pelinegra había visitado la casa de Blaise, el moreno la había invitado junto a Theo. Milagrosamente tanto ella como Theo obtuvieron autorización de sus respectivos padres para visitar a su amigo.
La señora Zabini era una mujer peculiar, pero de lo más divertida. La mujer se había tomado unos días para llevar a Pansy a un "día de chicas". La señora Zabini era una fiel creyente de que la apariencia podría llegar a ser la llave a muchas situaciones, junto con la astucia claro. La mujer no estaba satisfecha al, en sus propias palabras, "ver tanto potencial desperdiciado", por lo que se tomó la libertad de ayudarle a Pansy a "sacar provecho" de su belleza.
Una poción crece pelo basto para que su azabache cabellera cayera hasta su cintura, el nuevo estilo de cabello a su vez ayudo a dar mejor encuadre a sus facciones. Lo siguiente en la lista de la señora Zabini había sido la ropa, ya que según la mayor los vestidos de la adolescente eran bonitos, pero estaban pasados de moda, inclusive los comparo con camiones para dormir, lo que hizo que Pansy se preguntará quién podría dormir con atuendos tan bochornosos.

Luego de pasar una semana en casa de Blaise, Pansy desgraciadamente tuvo que volver a la suya propia, cosa que no la hacía sentir muy cómoda. Sin embargo, y para su buena suerte, los señores Parkinson no le prestaron mucha atención a su presencia. Lo único que la pelinegra tuvo que soportar fueron un par de comentarios desdeñosos durante la cena.

A mediados de Agosto, Pansy salió de la residencia Parkinson por segunda vez. La pelinegra no había hecho más que leer durante las vacaciones, a excepción de de la visita a Zabini. Sin embargo aquel lunes nublado, la muchacha logró que sus padres la dejaran hacer las compras para su quinto curso, con la ayuda de Hipny claro.

La chica se colocó un vestido azul opalino hasta las rodillas, acompañado de un suéter blanco y su cabello azabache suelto. Se miró al espejo y con una mochila a cuestas sonrió ante la expectativa de una aventura.
Cuándo estuvo lista tomó la mano de Hipny y luego de un tiron ambas estaban en el callejón Diagon. La chica sonrió enormemente mientras la emoción la embriagaba, el año pasado sus padres habían hecho las compras por ella por lo que no había tenido oportunidad de visitar el callejón Diagon ni una vez desde que había llegado a ese mundo. El lugar era pintoresco y colorido, pero Pansy sabía que dentro de un año ya no sería así.

Aproximadamente una hora después de haber arribado, Pansy se encontraba sentada frente a la conocida heladería del  Sr. Fortescue. Mientras saboreaba su helado de vainilla, la tristeza se reflejó en la mirada de Pansy al pensar que luego de la vuelta de Voldemort muchos negocios, incluido aquel frente al cuál se hallaba sentada, cerrarían sus puertas. Sus pensamientos habrían continuado vagando por las desdichas futuras de no haber sido por la mano que repentinamente tocó su hombro.
La chica dió un saltito y profirió un grito ahogado.
A sus espaldas Draco Malfoy la miraba intensamente. Fue cuando notó que no se encontraba en peligro que la chica se percató que el helado en sus manos había resbalado y yacía tirado en el suelo.

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