Penélope, bueno, su nombre no da el mejor de los inicios ¿cierto?
Empecemos de nuevo.
¿Alguna vez has querido simplemente despertar en el cuerpo de un personaje ficticio? pues Penélope no. Probablemente eso era lo más alejado a lo que realmente quer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Oh vamos, ¡no te cuesta nada! — comentó Blaise con vaguedad mientras se sentaba junto a Theo y se acercaba un plato de tostadas—.
Igual eres prefecta, ¿no?
—Supongo —contestó Pansy, y se sentó en el banco de enfrente—. Pero no lo sé…
De repente se oyó como un rugido, y cientos de lechuzas entraron volando por las ventanas más altas. Bajaron hacia las mesas del comedor y llevaron cartas y paquetes a sus destinatarios, a quienes rociaron con gotas de agua; evidentemente, fuera estaba lloviendo. Pansy no vio a Leia, su lechuza, pero eso no le sorprendió: su único corresponsal era una revista sobre pociones de belleza a la que la había suscrito la señora Zabini. Theo, en cambio, tuvo que apartar con rapidez su zumo de naranja para dejar sitio a una enorme y chorreante lechuza que llevaba un empapado ejemplar de El Profeta en el pico.
—¿Entonces lo harás? —le preguntó Blaise, retomando la conversación, mientras Theo ponía un knut en la bolsita de piel que la lechuza llevaba
atada a la pata y el ave volvía a emprender el vuelo—. Solo será una clase.
— ¿Tú qué crees Theo? — le preguntó Pansy a Theo.
—Tu decides —respondió Theo tranquilamente; luego desplegó el periódico y desapareció tras él
— ¿Qué harás durante esa hora? — preguntó Pansy — si voy a pedir un permiso para que faltes necesito estar segura que no estarás haciendo nada indecente
— Hablas como si no me conocieras — bufó Blaise haciéndose el ofendido.
— Está bien, te conseguiré el permiso para faltar a defensa contra las artes oscuras, pero me deberás una rana de chocolate.— sentenció Pansy mientras mordía un pan tostado con mantequilla.
— ¡Era un favor! — protestó Blaise
— Ya te dije mi precio — respondió ella calmada.
La realidad era que desde que Blaise había pedido sacar un permiso para faltar a una clase Pansy ya había decidido hacerlo, simplemente quería molestar a su amigo un rato y si podía conseguir una rana de chocolate que mejor. Además ella entendía, cualquier motivo era válido para perderse Defensa contra las artes oscuras, al menos uno de ellos podría salvarse de verle la cara a Umbridge, así fuera solo por un día.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
