Primera prueba

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El día de la primera prueba había llegado, cuando llegó la hora Pansy, acompañada de Theodore y Blaise, fueron a las gradas hubicadas en el lugar de la prueba

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El día de la primera prueba había llegado, cuando llegó la hora Pansy, acompañada de Theodore y Blaise, fueron a las gradas hubicadas en el lugar de la prueba. La multitud gritaba, ahogaba gemidos como si fueran uno solo, cuando Cedric hacía lo que fuera para burlar al hocicorto sueco. Y luego, tras unos quince minutos, se oyó un bramido ensordecedor que sólo podía significar una cosa: que Cedric había conseguido burlar al dragón y tomar el huevo de oro.

—¡Uno que ya está, y quedan tres! — gritó Bagman cuando volvió a sonar el silbato, porque si, Cedric había sido el primero en pasar—. ¡Señorita Delacour, si tiene usted la bondad!

Fleur temblaba de arriba abajo. Cuando salió de la tienda con la cabeza erguida y agarrando la varita con firmeza. Diez minutos después lo había logrado. Se hizo una pausa mientras se mostraban las puntuaciones de Fleur. Hubo más aplausos y luego, por tercera vez, sonó el silbato.

—¡Y aquí aparece el señor Krum! —anunció Bagman cuando salía Krum con su aire desgarbado.
Pansy en su asiento no tuvo tiempo de relajarse cuando el aplauso resquebrajó el aire invernal como si fuera una copa de cristal fino. Krum  había acabado, y aquél sería el turno de Harry. Y luego se oyó el silbato.
Harry salió de la tienda, viéndose tembloroso y asustado. Pasó los árboles y penetró en el cercado a través de un hueco.

Levantó la varita.
—¡Accio Saeta de Fuego! —gritó.

Y entonces se oyó algo atravesando el aire. En medio del lugar designado para la primera prueba se vislumbro la Saeta de Fuego volar hacia allí por el borde del bosque, descender hasta el cercado y detenerse en el aire, al lado del muchacho, esperando que la montara. La multitud alborotaba aún más... Bagman gritaba algo... pero Pansy no lograba escucharlo con precisión.
Harry pasó una pierna por encima del palo de la escoba y dio una patada en el suelo para elevarse. Descendió en picado. El colacuerno lo siguió con la cabeza. Sabía lo que el dragón iba a hacer, y justo a tiempo frenó su descenso y se elevó en el aire. Llegó un chorro de fuego justo al lugar en que se habría encontrado si no hubiera dado un viraje en el último instante...

—¡Cielo santo, vaya manera de volar! —vociferó Bagman, entre los gritos de la multitud—. ¿Ha visto eso, señor Krum?

Harry se elevó en círculos. El colacuerno seguía siempre su recorrido, girando la cabeza sobre su largo cuello. Si continuaba así, se marearía, pero era mejor no abusar o volvería a echar fuego. Harry se lanzó hacia abajo justo cuando el dragón abría la boca, pero esta vez tuvo menos suerte. Esquivó las llamas, pero la cola de la bestia se alzó hacia él, y al virar a la izquierda uno de los largos pinchos le raspó el hombro. La túnica quedó desgarrada. La multitud gritaba, pero la herida no parecía profunda. Sobrevoló la espalda del colacuerno. Empezó a volar, primero por un lado, luego por el otro, no demasiado cerca para evitar que echara fuego por la boca, pero arriesgándose todo lo necesario para asegurarse de que la bestia no le quitaba los ojos de encima. La cabeza del dragón se balanceaba a un lado y a otro, mirándolo por aquellas pupilas verticales, enseñándole los colmillos... Remontó un poco el vuelo. La cabeza del dragón se elevó con él, alargando el cuello al máximo y sin dejar de balancearse como una serpiente ante el encantador. Harry se elevó un par de metros más, y el dragón soltó un bramido de exasperación. Harry era como una mosca para él, una mosca que ansiaba aplastar. Volvió a azotar con la cola, pero Harry estaba demasiado alto para alcanzarlo. Abriendo las fauces, echó una bocanada de fuego... que él consiguió esquivar.

—¡Vamos! — instó Pansy en un susurro que fue callado por los potentes gritos de la multitud—. ¡Vamos, deja de fanfarronear y toma el huevo!

La enorme bestia se alzó sobre las patas traseras y extendió las correosas alas negras, tan anchas como las de una avioneta, y Harry se lanzó en picado. Antes de que el dragón comprendiera lo que Harry estaba haciendo ni dónde se había metido, éste iba hacia el suelo a toda velocidad, hacia los huevos por fin desprotegidos. Soltó las manos
de la Saeta de Fuego... y tomó el huevo de oro. Y escapó acelerando al máximo, remontando sobre las gradas, con el pesado huevo seguro bajo su brazo ileso.

—¡Miren eso! —gritó Bagman—. ¡Mírenlo! ¡Nuestro paladín más joven ha sido el más rápido en tomar el huevo! ¡Bueno, esto aumenta las posibilidades de nuestro amigo Potter!

— Al parecer no es tan inútil como creíamos — dijo Blaise en tono serio mientras los tres caminaban de regreso al castillo.

— Usar su escoba ha sido buena idea — admitió Theo.

— Si, ha estado bien — dijo Pansy — solo espero que está victoria no se le suba al chico.

Pero oh cuan equivocada estaba Pansy ya que esa misma noche en la sala común de Gryffindor se llevó a cabo una gran fiesta que, fuera bueno o malo, aumentaría la confianza de un azabache miope.


— ¡Atención!
La irritada voz del profesor de pociones restalló como un látigo en la sala común el jueves. Era bastante raro ver a Snape allí, por lo que podían estar seguros que fuera lo que fuera que quisiera comunicar debía ser importante.

—Ahora que tengo su atención —dijo el profesor dirigiéndoles una mirada de fastidio—, tengo que decirles algo a todos ustedes.
»Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...

Daphne Greengrass dejó escapar una risita estridente. Una pelicastaña a su lado le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a los chicos alrededor. De forma parecida reaccionaron las demás chicas unos segundos después, cuando empezaron a dirigirse miradas cómplices e incluso a sonrojarse.

—Será obligatoria la túnica de gala, o vestido en caso de las chicas —prosiguió Snape—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que se relajen —dijo, en tono de desaprobación. —Pero eso no quiere decir —prosiguió — que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Cualquier alumno de Slytherin que deje en mal lugar al colegio será severamente castigado.

Luego de dar el mensaje, el profesor salió de la sala común ondeando su capa de forma extravagante.

Pansy miró al montón de adolecentes a su alrededor, todos compartían miradas y susurraban acerca de con quién tenían planeado asistir.
« Mocosos hormonales » pensó.

« Mocosos hormonales » pensó

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Hola qué tal gente bonita.
Les explicaré un poco el motivo de mi ausencia. Verán he conseguido mi primer trabajo, así que con eso, el estudio y algunos otros problemas personales realmente no he tenido mucho tiempo para escribir.
Además que últimamente he estado intentando recuperar una historia que ya tenía publicada y al parecer wattpad me ha borrado.

Slytherin PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora