Penélope, bueno, su nombre no da el mejor de los inicios ¿cierto?
Empecemos de nuevo.
¿Alguna vez has querido simplemente despertar en el cuerpo de un personaje ficticio? pues Penélope no. Probablemente eso era lo más alejado a lo que realmente quer...
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¿Hay algo peor que morir? Si, una vida de mierda. ¿Y hay algo peor que una vida de mierda? Si, tener una vida de mierda, morir y luego reencarnar. ¿Hay algo peor que todo lo anterior? Si, tener una vida de mierda, morir y reencarnar en un personaje de una novela. Si se preguntan si hay algo aún peor que eso, les responderé, si, lo hay, que el personaje de la novela en el que reencarnes sea Pansy Parkinson.
Penélope López, bueno, simplemente con escuchar su nombre sabes que está jodida. La vida no le sonrió a la chica cuyos padres decidieron ponerle aquel nombre que luego le trajo tanto bullying en la escuela. Vivir en Latinoamérica ya era suficientemente riesgoso como para que encima te pusieran un nombre cuyo diminutivo hacía referencia al aparato reproductor de alguien. Pero su desgraciado destino no solo se basa en una mala elección de nombre, no, esto va más allá.
Penélope vivió en un barrio pobre, su padre se fue por cigarros y su madre cambiaba más de novio que de calzones, además que parecía olvidar que tenía una hija . La vida no fue fácil, pero aún con todo y eso logró salir adelante. Con un trabajo de medio tiempo como mesera logró terminar la universidad, viviendo en los dormitorios de está, y graduarse como maestra. Ella creyó que todo mejoraría luego de eso, pero al parecer se equivocó.
Su madre llamó esa mañana, Penélope respondió la llamada entre gruñidos, normalmente cuando su madre llamaba solo significaba una cosa, quería dinero. En cuanto terminó la universidad, Penélope consiguió un empleo como profesora en un colegio privado, no era una plaza fija y tampoco eran muchas horas, pero le alcanzaba para pagar un departamento y medio comer.
-Bueno - descolgó la llamada.
-Hola amor - escuchó la voz de su madre al otro lado de la línea - ¿Crees que puedas venir a la casa? mami quiere verte.
- No tengo tiempo ahora mismo, mamá - contestó ella - tengo que dar clase en media hora.
-Bien, pero mami necesita dinero - la mujer usualmente se refería a sí misma como mami cuando quería algo, era como una especie de manipulación sentimental.
- Mamá, no te daré más - dijo la chica en tono firme - no te seguiré dando dinero para que tú y tu novio se droguen, estás demente.
-Pero yo soy tu madre, soy tu madre - gritaba escandalosamente la mujer en el teléfono, Penélope intuyo que debería estar bajo los efectos de alguna droga, de esas que tanto le gustaba usar.
- Sabes que, no tengo tiempo de pelear ahora contigo, adiós- Penélope colgó la llamada molesta, conocía lo irresponsable que era esa mujer, lo sabía, ella había pasado días sin comer solo porque aquella mujer prefería gastar el poco dinero que ganaba en salir de fiesta o complacer a alguno de todos aquellos idiotas mantenidos que tenía por novios. Pero siempre había albergado aquel sentimiento de esperanza, aquella idea tonta de que algún día cambiaría.
Aún con el mal sabor de boca que le dejo la llamada de su madre, Penélope salió de su apartamento y fue a la escuela. No podía permitir que su decepción por su madre interfiriera con sus clases.