En medio de la madrugada, cuando todo se encontraba en calma y en silencio, la desesperación repentinamente inundó la hacienda en su totalidad. Nadie a excepción de mí entendía lo que sucedía y aunque la mayoría hizo todo lo que estaba en sus manos ya era demasiado tarde, no para ella sino para aquel pequeño que yacía en su vientre.
-Ya has visto suficiente Hiori, te acompañaré a tu recámara. . .
-Esta es la segunda vez Momo. . .la segunda vez que veo a una mujer que amo desangrándose por culpa de la misma persona. ¿En verdad quieres ser parte de esta familia?
Desde que tengo memoria he odiado el alcohol y lo que causa en las personas, pero en esta noche tan especial y a mis 17, casi 18 años por primera vez la botella de Bourbon sobre el escritorio de Suzuka me resulta increíblemente necesaria. Sin pensarlo más bebí directamente de la botella, el sabor era amargo y quemaba mi garganta, después fue suave, dulce, incluso pude saborear la vainilla y diversas especias más. Bebí tanto que olvide el porqué necesite de aquella botella.
. . .
No entendía lo que pasaba a mí al rededor, tampoco soy capaz de recordar mi nombre o en donde estoy, lo único que tengo claro es que vomitaré y lo haré encima del elegante calzado de la mujer que sostiene con fuerza mi mentón.
-De todas las personas en el mundo, tú eras la última que imaginaria en esta situación.
Las voces, la luz y hasta el canto de las aves me molestan, es casi como una tortura para mis oídos y cabeza. Lo peor del alcohol no es tanto la posibilidad de volverse adicto, sino lo que causa al día siguiente de ser bebido.
-Curen sus heridas y después. . .
Solté todo y seguí hasta que caí sobre el suelo, retorciéndome por el dolor y ardor en mi estómago.
-Después de esconder todo aquello con lo que pueda hacerse daño denle un maldito baño
-¿Puedo encargarme?
-¿De qué?, ¿de curar sus heridas, de bañarla o de esconder?
-De todo
-No creo que puedas con todas las tareas, además eres una invitada, hay mucho personal que. . .
-¡Soy su prometida!, debo poder
-De acuerdo, de acuerdo. -Ríe- Encárgate de la pequeña alcohólica y que esté lista para el desayuno.
Pienso que el aver azotado tan fuerte la puerta fue más una venganza de Himeka hacia mí por haberla vomitado.
-Vamos deja de revolcarte en tu vómito y camina hacia la ducha
-¿Y tú qui-quien diablos eres?. . .¿comí tantos vegetales anoche o porque. . .
Y los recuerdos llegaron. Mis manos y brazos manchados por mi propia sangre no eran más que un desahogo y castigo que inconscientemente busqué, fue el alcohol lo que me dio el valor o la estupidez para romper la botella de Bourbon y cortar con ella mi piel. De haber llegado más profundo, tal vez yo abría descansado de la culpa que llevo cargando durante meses, pero no merezco una salida tan fácil para mi sufrimiento, yo merezco pagar en vida por haberle arrebatado la oportunidad de vivir a un pequeño inocente y con ello la felicidad e ilusión de una mujer que he llegado a amar. Mis manos estarán manchadas de sangre por siempre, pero no solo con la mía sino también con la de aquel pequeño que pudo ser mi hermano, un hermano tan fuerte como Ren o tan dulce como Shinichi.
-Vaya mierda. . .soy una mierda, una maldita mierda como ella, ¿qué puedo reclamarle ahora si soy igual?. . .¿cómo está Rinon?, lo sabes ¿verdad?, ¡¿sabes acerca de ella?!