Capítulo 5

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La sala real se encontraba hecha un caos.
Las cortinas de los ventanales estaban regadas en el piso; los frágiles y caros adornos que se ubicaban sobre las repisas, ahora se encontraban rotos, sus pedazos habían volado hacia distintos lados cuando las piezas se estrellaron contra el suelo; El espejo de marco de oro que se encontraba en la pared a un lado del trono, estaba quebrado con una marca de sangre, en el centro del vidrio, que provenía del puño del rey al impactarse contra el objeto.

Los guardias reales se mantenían firmes en sus lugares mientras que los sirvientes del castillo estaban de pie, cerca de la puerta principal, con sus manos entrelazadas delante de sus torsos a la espera de que su majestad se tranquilizara.

El pobre hombre que había llevado el mensaje para su rey, se encontraba temblando bajo la furibunda mirada de Sarutobi, mientras que éste lo apuntaba con la punta de su espada rozando su garganta.

—¿Cómo puede ser? —Preguntó el anciano— Ese maldito no pudo haberse negado, seguramente escuchaste mal. —Le habló a su súbdito.

—Lo lamento, Majestad —Habló con voz temblorosa— Pero el Lord fue preciso al momento de rechazar su propuesta —Suspiró tratando de controlar su miedo— El doncel se encuentra comprometido con Lord Uchiha.

—Yo se lo ordené, creí que iba a entregármelo si lo amenazaba —Sus fosas nasales se dilataron cuando comenzó a hiperventilarse gracias al enojo— Ese chico tenía que venir aquí, aceptar casarse conmigo y darme un maldito heredero. 

Soltó el arma y llevó ambas manos hacia su cabeza, entrelazó sus dedos en su cabello y comenzó a tirar de él con fuerza.

—El Lord jugó bien sus cartas —Habló Sarutobi bajando sus manos y sonriendo de lado— Lo ha comprometido después de que yo le propuse el matrimonio. En caso contrario, me hubiera dicho que el muchacho se encontraba apunto de casarse. 

Los vasallos miraban a su rey mientras hablaba consigo mismo. Comenzó a pasear por la sala para dirigirse a su trono.

—¡Quiero que limpien este asqueroso desastre! —Gritó. Mujeres y donceles comenzaron a juntar los objetos rotos sin levantar la vista.

—Mi rey —Habló uno de sus guardias colocándose a su lado— ¿Desea que cumplamos su advertencia?

—Por el momento no, Danzo —El rey colocó una mano sobre su boca y sonrió levemente— Deja que bajen su guardia, en el momento preciso, quiero que me traigan a ese doncel. —El hombre se inclinó y volvió a su puesto dejando a Hiruzen con una sonrisa.

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Los dos días habían pasado demasiado rápido. La desesperación de Mito al tratar de adoctrinar a Tobirama, con respecto a sus labores como doncel, aumentaban.

Hashirama trataba de no perder la paciencia. Sabía que tenía cierta culpa por como se comportaba su hermano menor y en ese momento se arrepentía de haber sido tan permisivo con él.
Sentado en el borde de la cama del menor de los Senju, observaba a su esposa mientras le arreglaba el cabello al albino. El moreno había tenido una fuerte discusión con ella por la forma en la que había presionado a Tobirama para casarse con el Lord sin siquiera haberle preguntado y por como se había comportado con él cuando, según Mito, el menor solo era la victima en toda la situación.

—Luces hermoso —Habló la Uzumaki una vez que terminó.

El muchacho de ojos carmesí se veía en el espejo del cuarto. Su cabello estaba peinado sin quitarle la apariencia rebelde y vestía una yukata blanca con cinturón celeste con el símbolo del clan Senju sobre su espalda. 

Todo Por Amor (MadaTobi) (MadaraxTobirama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora