Capítulo 15

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Un nuevo día comenzaba. Las nubes teñían el cielo de un color gris oscuro anunciando que llovería.

La brisa fresca del invierno ingresaba por las puertas abiertas de la fortaleza, haciendo que los cabellos de los presentes se movieran suavemente mientras desayunaban.

—¿De nuevo se quedará allí? —Preguntó Izuna.

—Así es, no quiere salir de la recámara.—Contestó su hermano mayor. Pasó sus manos por su rostro en señal de frustración— No se que más hacer, hace seis días que no asoma la nariz fuera del cuarto.

Hashirama había partido hacía cuatro días. Se había quedado como apoyo a su hermano y a su cuñado, a la espera de que se presentara en el gran salón, sin embargo, luego de la crisis que sufrió y tuvo que calmar su esposo, no dio indicios de querer salir de entre esas cuatro paredes que lo protegían.

Madara se sentía angustiado. Quería o más bien, necesitaba ver a su doncel caminando por la fortaleza, hablando con sus guardias y distrayéndolos de sus actividades, acompañando a Hoshi en la cocina o simplemente caminando por el patio acompañado de Kakashi y Sarada, como había visto en más de una ocasión desde que todo había vuelto a la normalidad en su relación.

Tenía miedo. No sabía que tanto daño le había provocado mentalmente el ataque por parte de los renegados. Físicamente, los golpes en su rostro iban mejorando de a poco al igual que el de su torso, que ahora se encontraba de un color verde en vez de la mancha violeta que tenía en un principio.
El Lord había podido ver su ojo ya deshinchado y abierto, aún amoratado, mismo que en su interior estaba teñido un color carmín por completo. No había podido diferenciar el color natural del iris de la esclerótica, era simplemente una mancha color sangre con un punto negro en su centro siendo la pupila.

Más de una vez, cuando el pelinegro ingresaba a su cuarto, encontraba a Tobirama sentado frente al fuego dándole la espalda. Cuando se acercaba, simplemente giraba su cabeza para que el Lord no pudiera ver su rostro lastimado.

A Madara le había costado hacerle entender al doncel, que eso no sería permanente, que se encontraría así unos días más y luego todo desaparecería. También, fue difícil convencerle de que seguía siendo tan hermoso como siempre, aunque el albino simplemente agradecía sin creer una sola palabra.

Los guardias habían estado al pendiente de la salud de su señor, siendo que no se había mostrado en días, trataban de mantenerse informados a través de su Lord, mismo caso con las mujeres y donceles a los que el joven de marcas en sus mejillas no les permitía el acceso a su cuarto.

Por órdenes de su esposo, Madara le restringía el paso a cualquiera que no sean sus hermanos o amigos del albino como Kakashi y Sarada, aunque Haku se había unido al reducido grupo, Toka o incluso Kagami que había pasado unas cuantas veces para saludarlo y desearle una pronta recuperación.

Los soldados que habían sido heridos en el combate, se recuperaron rápidamente, algunos más que otros, retomando sus actividades diarias.

°

Sentado en un taburete de madera frente a su ventana, Tobirama observaba la lluvia que había comenzado a caer con furia, haciendo eco en la fortaleza cuando las gotas golpeaban su techo.

Estaba cansado, harto y enojado. Muchas emociones se agolpaban tanto en su cabeza como en su pecho por sentirse débil e indefenso.
Él era un doncel que sabía luchar y protegerse. Había entrenado desde pequeño para poder proteger a los suyos cuando la situación lo ameritase y odiaba que por el atentado ocurrido, todas su fortaleza haya desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.

No podía sacarse de su cabeza las palabras de aquel hombre: "Es precioso. Quiero aprovecharlo aunque sea un poco antes de que no se reconozca." No creía que por una simple frase se iba a acobardar lo suficiente como para que incluso, le costara acercarse nuevamente a su esposo, como para tener que hacerse a la idea de que Madara no iba a lastimarlo de ninguna forma.

Todo Por Amor (MadaTobi) (MadaraxTobirama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora