Capítulo 22

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Kakashi observaba a su esposo caminar de un lado a otro.

Giró su cabeza al distinguir un objeto fino y de hierro sobresalir de un pedazo de madera que estaba ubicado a un lado de ellos.

Se acercó y con fuerza, sacó el clavo oxidado de su lugar, ocultándolo en su puño.

Ambos vieron hacia la puerta de entrada cuando escucharon las risas y los pasos de los soldados.
Obito, con velocidad se posicionó frente al doncel a la espera de que lleguen los guerreros.

—Buenas noches —Saludó uno de ellos con una sonrisa. El hombre traía uno de sus ojos cubiertos por una venda— Me presento, mi nombre es Danzo y venimos a divertirnos por órdenes del rey.

Los dos soldados restantes que estaban detrás de él, ingresaron a la celda y sujetaron al Uchiha con fuerza, presionando su cabeza contra el suelo, permitiendo que pueda ver a su compañero y su esposo.

El guerrero forcejeó con Kakashi lanzándolo al suelo y colocándose sobre él, forzó un beso que el doncel podía jurar que si no se detenía, devolvería el poco alimento que había ingerido.

—¡Ya basta! —La voz de Obito hizo eco en el silencioso lugar— Te juro que si le haces algo me encargaré de torturarte de la peor manera. 

El joven de cabellos color plata, empujaba el cuerpo del contrario con toda la fuerza que tenía, en un vano intento por mantenerlo lejos de él.
Lo había reconocido. Ese sujeto era el mismo que se había encargado de arruinarle la vida a su mejor amigo, había sido el que se había encargado de golpear a Tobirama el día del ataque.

Sentía la mano del mayor recorrer su cuerpo con descaro. El asco le revolvió el estómago.
No quería mirar a su esposo, no podría verlo mientras ese asqueroso hombre lo estaba desnudando a pesar de su esfuerzo por mantenerlo lejos.

Colocó como pudo el clavo entre sus dedos formando un puño, permitiendo que la punta quede expuesta y lo dirigió con velocidad clavándolo en su ojo vendado.

Obito abrió sus ojos con furia cuando lo vio abofetear al doncel.
La venda comenzaba a macharse con el líquido carmín y se alejó apretando su ojo con una de sus manos.

—¡Eres una maldita zorra! —Exclamó Shimura.

Se levantó tambaleándose y salió del lugar acompañado de los otros dos guardias.

—¿Te encuentras bien? —Obito acomodó la ropa de su esposo con cuidado. Temía que lo que había pasado le haya afectado de una forma similar a la de su cuñado.

—Me encuentro bien.—Sonrió tratando de tranquilizarlo, recibiendo un suave beso de parte del pelinegro.

°

La puerta de su cuarto fue azotada una vez más.

Tobirama se alejó, rogándole a los dioses porque ese pequeño palo de metal pudiera soportar los golpes que recibía la madera.

No sabía de su familia, no sabía nada de su esposo y le causaba cierto temor que Madara no llegara a él a tiempo.

Su confianza y fortaleza se iba perdiendo poco a poco.

Iba a luchar si hacía falta para poder proteger a su hijo, para poder volver al clan Uchiha, para encontrarse nuevamente entre los brazos de su marido. Sin embargo, el tiempo pasaba y sentía que cada vez se alejaba más de lo que se había convertido en su felicidad.

La puerta se abrió de golpe permitiendo ver al rey, quien caminaba hacia él con tranquilidad y una sonrisa plasmada en su rostro.

El albino se puso en guardia. Si no tenía un arma cerca, lucharía cuerpo a cuerpo con aquel anciano.

Todo Por Amor (MadaTobi) (MadaraxTobirama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora