《14》

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Él me miró y asintió.

—Descansa un rato, te avisaré cuando Frost este aquí — caminó a la puerta.

Tenía que decirle, debía hacerlo.

—Yo... bueno — mi voz tembló — gracias por permitir que me quedé aquí — sinceré.

—Tranquila — apretó sus labios y salió del cuarto.

Al quedar sola me senté en el sillón, pasé una mano por mi cabello y las lágrimas empezaron a salir.

Pov Farid

Me senté en el sofá, lograba escuchar sus sollozos, pero sé que estuvo conteniéndose cuando estuve con ella, así que con el dolor de mi alma lo único que puedo hacer es escucharla desde aquí.

¿Debería llamar a Thomas? Sé que el podrá calmarla.

Endurecí mi rostro, quisiera ser yo el que la calmé y me molesta no poder hacerlo.

El timbre de la puerta sonó, lo que me sacó de mis pensamientos.

—Frost... — me levanté rápido del sofá y fui abrirle.

—¿Dónde está? — preguntó mi hermano con solo entrar a mi departamento, la buscó con la mirada y frunció aún más el ceño al no encontrarla — necesita esto — sacó de su chaqueta una pequeña bolsa, medicina supongo.

—En la habitación de invitados... — señalé.

Frost asintió y fue directo a la habitación, tocó con sus nudillos y se escuchó un adelante. Él entró, yo lo iba hacer, pero me detuvo.

Volví al sillón y esperé paciente a que ellos dos terminaran de hablar.

Al pasar una media hora, Frost salió de la habitación y me miró con su mirada más helada.

—¿Por qué la trajiste? — preguntó con severidad — no debe estar aquí — señaló la habitación donde Bricia estaba.

—La traje porque no tiene donde quedarse — contesté con obviedad.

—Esto no me gusta para nada — fue directo y me enojó.

Gran novedad Frost, nada que me compete te gusta hermanito.

—Solo es un capricho para ti, pero Bricia ha luchado por diez años para tener una vida normal, y no dejaré que tus calenturas lo arruinen — escupió molesto también.

¿Es que no me conoce o qué?

—No es una calentura Frost — negué con decepción, que poco me conocía mi hermano— nueve años, llevo nueve años enamorado de esa chica y lo sabes perfectamente.

—¡Maldición Farid!, deja de decir estupideces... — casi gritó, sus venas sobresalieron al decirlo.

—¿Ya terminaste? — me levanté del sofá con seriedad.

—Aléjate... aléjate de ella, Bricia no te conviene — insistió.

Negué, no podía creer lo que escuchaba, Frost siendo su doctor comportándose como un maldito.

—Por personas como tú, es que el mundo está hecho una mierda — escupí indignado con él.

—¡No entiendes! —elevó la voz —como su doctor la comprendo, pero como tu hermano no, no entiendo ese maldito capricho que sientes hacia ella.

—No es un capricho — corregí — estoy enamorado de Bricia, llevo años estándolo.

Frost me miró con más dureza.

•Una Oportunidad• [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora