《Epílogo》

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Estoy sentada en un pequeño balcón mientras la brisa mañanera acaricia mi rostro con sutileza, sonrió de lado al sumergirme en mi fantástico mundo en donde soy una recocida escritora y la novia de uno de los editores en jefes más importantes del país.

¿Por qué lo digo?, sencillo, luego de que se publicó el libro en el que trabajé con Rayen, decidí escribir mi propio libro titulado superación, porque sí, superé muchos retos que la vida me había puesto en el camino.

El libro fue bien recibido, y tanta fue la demanda que Farid tuvo que hacer una segunda edición, así es, la editorial de Farid fue la encargada de su publicación.

Después de su publicación decidimos tener un tiempo para nosotros, habíamos planeado estas vacaciones durante mucho tiempo, en donde serían unos días solo los dos, ¡sería grandioso!, pero no, mi querido amigo y mis primos decidieron unirse a este majestuoso viaje.

Aún recuerdo la cara que puso Farid cuando los vio en el aeropuerto, quiso pasarles de largo, pero mi perspicaz amigo logro vernos.

Y por eso es que estamos en esta cabaña que alquilamos, todos duermen mientras disfruto la brisa mañanera con una buena taza de café.

¿Qué más podría pedir?

Dejo la taza en la pequeña mesa de vidrio y me pongo en pie, caminó hasta la baranda del balcón y cierro los ojos, me sentía completa.

—¿Lograste dormir? — preguntaron detrás de mí, sonreí al saber de quién era esa hermosa voz.

Asentí.

—Solo quise disfrutar de la mañana — sinceré y me giré para encontrarme con esos ojos que me tienen completamente enamorada — ¿y tú que haces despierto tan temprano? — me acerqué, y de puntillas besé sus labios — buenos días — susurré sobre ellos.

—No estabas en la cama — contestó y sentí un pequeño rubor en mis mejillas — supuse que estarías aquí.

Y en efecto, ahí estaba disfrutando de ese bello amanecer.

—Lo siento mucho, quería que fuera especial — empezó a decir y negué.

—Es perfecto cariño, estoy con las personas que más amo en este mundo — sonreí — no podría pedir nada más.

Los brazos de Farid me envolvieron y sentí su cálido cuerpo calentar el mío.

—Te amo — susurré, solo con él usaba esa palabra que a pesar que sea corta, tiene un gran peso.

—Te amo Bricia — contestó y su tibio aliento golpeo mis labios con delicadeza, mi piel se erizo como de costumbre y sonreí porque el sentimiento era mutuo — y porque te amo quiero....

Se calló de pronto y tensó sus hombros

—Quería que fuera especial — volvió a decir.

—Y lo es — contesté, no sé porque se siente así, si ya le dije que me encantó que todos estuviéramos ahí.

—Quería que fuera especial, porque deseo hacerte una pregunta importante — sus ojos me miraban con anhelo — Bricia Moore, mi chica, mi musa, mi mundo — tomó mis manos con ternura y depositó en cada una un beso — me harías el honor....

¡Oh Dios mío!, los nervios florecieron en mi interior, ¿¡es lo que estoy pensando!?

—Me harías el honor — volvió a decir y asentí con la garganta seca — de ser mi esposa....

Mi vista se nublo, y mi labio tembló. En definitiva, era especial ese día.

Asentí, ¡claro que lo hice!, como negarme a tan bella propuesta en donde él y yo estamos en pijama sobre un balcón bajo el amanecer como testigo.

•Una Oportunidad• [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora