《29》

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—Nos conocemos — aseguró él y lo miré con dureza — ¿no es así, Bricia?

Desvía la mirada hacía la chica destino y sonreí.

—¿Ustedes son novios? — pregunté directamente, la chica me agradaba, pero si debía poner distancia entre nosotras, lo haría.

Ellos me miraron y la chica hizo una cara de horror.

—¡No, jamás! — negó rápido. Rayen sonrió de lado y negó lentamente— Rayen es mi hermano mayor — reveló.

Entre abrí mis labios ante la revelación, en definitiva, me alejaría de Hada.

Sonreí de lado y asentí, ahora que los veía mejor tenían cierta similitud en sus rasgos.

—Supongo que fuiste quien heredo la belleza de sus padres — dije a la chica destino, y él soltó una pequeña sonrisa.

—¿Dice que soy feo? — preguntó él y me encogí de hombros.

—Usted lo ha dicho señor....

Hada nos miraba con una sonrisa en su rostro.

—Les pido que no peleen por favor, hagan el amor y no la guerra — pidió y asentí.

—Lo intentaré chica destino — contesté. Las puertas del ascensor se abrieron — bueno Hada nos vemos en otro momento — avancé hacía la salida sin despedirme de Rayen.

Estaba por salir por completo del ascensor cuando sentí la mano de Hada en mi brazo. ¡ah! Lo había olvidado, ella también vive en mí mismo piso.

—¿Podrías darle esto a tu amigo? — preguntó mientras me entregaba un papel, bueno lo puso encima de la bolsa de compras.

—¿A quién? — pregunté sin entender.

—¡Shhh! — me calló y enarqué una ceja, ¡pero que se creía para callarme! — lo siento, podrías dárselo a Thomas por favor — susurró cerca de mi oído y entendí.

¡Mujer! Hubieras empezado por ahí.

—Eres su tipo — susurré, Hada es una preciosa morena. No entiendo porque mi querido amigo no la vio ayer, en fin. ¡Oh no!, acabo de decidir alejarme de ella y le revelo de la nada que es la ideal de mi amigo — olvida lo que dije por favor — susurré y ella negó.

—Tu amigo llamó mi atención ayer — reveló y negué, ¡no debía ser así! — gracias por aumentar mi expectativa — sonrió y volví a negar.

Ella se alejó con Rayen quien no se despidió, bueno, yo lo hice primero así que no debo quejarme.

Al perderlos de vista entré al departamento de Thomas y dejé la bolsa en la encimera, agarré el papelito que seguramente tenía su número escrito y lo analicé.

¿Debo dárselo o no?

Mordí mis labios aún con el pedazo de papel entre los dedos. Lo escondí rápido detrás de mí al escuchar la puerta abrirse, me giré para ver a Thomas entrar junto a Farid.

—¿Hola? — pregunté extrañada mientras metía el papel en el bolsillo trasero del jean.

Farid me miraba de igual manera. Extrañado.

—Se suponía que no estarías — reveló él y miré a Thomas con incredulidad.

Thomas solo sonrió y dejó su saco en el sillón, quedando solo con una camisa manga larga que enrolló con dificultad por la férula que llevaba aún.

—Invité a comer a Farid, está enfermo y una comida casera le servirá mucho — me alarmé al escuchar que se encontraba enfermo.

Di un paso hacia él, pero me detuve de golpe.

•Una Oportunidad• [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora