《17》

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—Y desde hace nueve años estoy enamorado de ti — dijo y sentí un revoltijo de emoción en mi estómago.

Lo miré directo a los ojos, esa chica, ese amor a primera vista era yo. Sinceramente no sé cómo sentirme ya que me gusta, y se siente increíble ser correspondida, pero no puedo ser egoísta, él ya sufrió suficiente con la pérdida de su hermana, no puedo hacerlo sufrir otra vez... aun así.

—¿Le gustó? — pregunté y negó.

—No, no me gustas Bricia, yo te amo — su respuesta me llegó a lo más profundo de mi ser.

—Me halagan tus palabras — sonreí, y las lágrimas amenazaron por salir. Jamás creí que viviría esto — pero como ve, esto no podrá ser — me dolió decirlo, porque hace unos días quería que me notara, pero ahora que conozco su historia no quiero hacerlo sufrir nuevamente.

—Bricia... tu enfermedad no me atemoriza, tengo veintiocho años — remarcó su edad — mis sentimientos no cambiaran, no lo hicieron durante estos años, nunca lo harán.

—Estoy defectuosa... — susurré lo último.

—Eres perfecta... — corrigió y se acercó, tomó mi mano y acaricio mi mejilla.

Mis ojos se nublaron, por primera vez era perfecta para alguien, se siente tan bien serlo.

—Te pido una oportunidad Bricia — susurró sin dejar de acariciar mi mejilla.

La decisión estaba en mí, ¿sería feliz o seguiría sumergiéndome en mi soledad?, la verdad es que deseo ser amada, ser alguien especial para alguien, quiero amar.

—Tengo miedo... — susurré, no podía dejar de ver sus movimientos, sus ojos estaban enfocados en mi rostro, sus manos acariciaban mis mejillas, así como mis labios.

—No debes tenerlo, jamás te lastimaré, eres lo más sagrado para mí — susurró y sentí mi garganta seca, y sus labios muy apetitosos.

Relamí mis labios y por instinto me acerqué más a él, quería saborear sus labios, ¡pero que me pasaba!, esta no soy yo.

—Solo te pido que no me lastimes — no quería herirlo, pero tampoco quería que él me hiriera.

Sentí su tibio aliento en mi rostro y entreabrí mis labios, estaba por rozar sus labios, solo unos centímetros más y lo besaría, pero ¡maldita la hora!, un móvil sonó y él colocó su frente en mi hombro.

—Lo siento, debo contestar — y la magia se rompió, bueno, más que todo la del posible beso.

Asentí y contestó ahí mismo, esta vez no se fue a ningún nado y por más normal que se vea, a mí me gusto.

Fruncía el ceño un momento y después sonreía. La verdad no le presté mucha atención, fui a la nevera por algo de beber y al volver lo vi sentado en el sofá.

—Te había comentado que tenía que salir del país por unos días — dijo al ver que me senté frente suyo. Asentí, y dejé el vaso de refresco en la mesita para escuchar atentamente lo que estaba diciendo — mañana temprano viajo a Francia.

¡Ohh!, acabamos de confesarnos y ya se iba, mi rostro delato la decepción que sentí al escuchar esas palabras.

—Quiero que vengas conmigo — pidió y me sorprendió su petición.

Por más tentador que parezca debo ser responsable con mi trabajo, así que con el dolor de mi alma declinaré a su propuesta.

—No puedo, el libro... — negué y apreté mis labios.

•Una Oportunidad• [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora