"Pareciera que por un tiempo la melodía del viento fue la guía de nuestros pasos sin rumbo, llevándonos a un mundo de mármol, terciopelo y canciones.
El dinero sí parece comprar la felicidad, o al menos lo hace hasta que la muerte aparece y decide u...
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"Cada uno de los eventos fue un éxito.
Cuando Lady Carlotta se recuperó de su enfermedad de la garganta, ella volvió a su puesto de Prima Donna, y yo volví a ser su corista. Después de eso, el señor Erik no volvió a asistir a la ópera para extrañeza y consternación de muchos. Y un día, el director me llamó a su oficina de la nada sólo para agradecerme por mi trabajo, y darme mi carta de despido junto al pedido de volver dentro de una semana para recoger mi liquidación.
Me encargué de desalojar mis cosas del camerino y le dije adiós a mis amigas, pero cuando estaba por irme, en toda la ópera se escuchó el sonido de una marcha fúnebre siendo tocada en un órgano.
Nos asustamos, y cundió el pánico por una simple razón.
En la ópera no había ningún órgano que pudiera ser tocado."
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-¿Puedo comer pastel?
-Claro que puedes, sólo no comas mucho porque sino te dolerá el estómago.
Memory sonrió con la emoción surcando sus rasgos, luego se miró al espejo mientras (T/N) terminaba de peinar su cabello dorado en delicados rizos. Añadió algunos ornamentos que combinaban con el vestido color blanco, y la observó con satisfacción.
-Parece que ya estás lista. ¿Puedes decirle a Luca que ya puede entrar a vestirse?
La chiquilla asintió, bajó de un salto de la silla y corrió al exterior, consiguiendo traer al prisionero al sostenerlo con su pequeña mano.
-¿Listas las dos, señoritas?- cuestionó él con una sonrisa ladina.
-Sí, sólo faltas tú. Todo está en el armario.
-Entiendo... ¿Puedes adelantarte Memory? Nosotros iremos en un momento.
-Pero... no tarden...- murmuró con algo de timidez, saliendo de la habitación.
Así se quedaron solos.
La chica ladeó la cabeza un tanto confundida, por lo que se acercó al ex recluso y cuestionó con suavidad.
