"Pareciera que por un tiempo la melodía del viento fue la guía de nuestros pasos sin rumbo, llevándonos a un mundo de mármol, terciopelo y canciones.
El dinero sí parece comprar la felicidad, o al menos lo hace hasta que la muerte aparece y decide u...
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Drabble!
Luca Husband!
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Reader Wife!
AU: Vida actual
Uso del OOC
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Nota 1: Esto es un drabble cortito por San Valentín, porque me acabo de dar cuenta que jamás había escrito algo referente a esta fecha.
Nota 2: La canción que aparece en este drabble es "7Days" de (G) I-dle.
Nota 3: Además de este drabble con Luca, también estarán disponibles otros 4 con Naib, Norton, Ithaqua y el EmilAda.
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Su corazón latía con fuerza, ya no había marcha atrás. Tal vez sería el regalo de San Valentín más ridículo de todos, pero agarró con más fuerza el pequeño micrófono que sostenía entre sus manos.
(T/N) respiró profundo, contando los pasos que era capaz de escuchar desde el interior del departamento.
La vida de recién casada era hilarante, un híbrido extraño entre la espontaneidad y el romanticismo, y aún así muy agradable pese a las notorias diferencias entre sí misma y Luca, comenzando por los espacios personales de cada uno.
Ella tenía un montón de partituras, libros sobre música, instrumentos por todos lados y evaluaciones que hacía cada semana a sus alumnos en el preescolar, en el que trabajaba como profesora. Y él, un sin fin de enciclopedias en el escritorio, mecanismos eléctricos, planos sin terminar y su brillante placa de inventor calificado colgando de la pared.
Tembló, le daba miedo porque hacía muchísimo tiempo que había dejado de cantar, pero tenía fe de que saldría bien, por lo que se levantó de su taburete para apagar la luz y volver a su sitio, justo en medio de una cortina de luces suaves que caían a su alrededor como enredaderas.
Los chocolates también se veían perfectos.
La puerta se abrió.
—Ya llegué... ¿Qué tal todo?— murmuró Luca, bostezando fuerte mientras cerraba tras de sí, llevando consigo dulces en forma de corazón y un fresco ramo de flores que iban desde rosas y gardenias, hasta gerberas y orquídeas.
Había hecho un esfuerzo sobrehumano para no olvidar la fecha, cosa que resultó con éxito.
(T/N) no dijo nada, sólo esperó la reacción.
El hombre giró y se quedó paralizado, sin entender por qué habían tantas lucecitas color rosa iluminando la sala, después miró el micrófono en las manos femeninas, y al final una caja llena de chocolates sobre la mesa de centro.
—Ah... No me digas que...— susurró él, frotándose la nuca.
Se quedó frío, pero la mujer soltó una risita y abrió la boca.
—I'm so obsessed with how you breathe Nonsense is taking over me You and I, we birds of a feather Stitched together, no lie...
Luca parpadeó sin poder creerlo.
(T/N) no cantaba desde hacía mucho tiempo, e incluso abandonó su prometedora carrera de cantante de teatro a causa de su ex pareja abusiva, uno de sus colegas que había estado obsesionado en exceso con su voz, pero finalmente era capaz de escucharla de manera clara.
No eran tarareos, no eran balbuceos, era ella cantándole.
Cantando sólo para él.
—I gotta say Monday, Tuesday or every day Wednesday, Thursday Seven days of forever You're stuck in my head Spinning round wishin' you'd stay here...
No despegó la mirada, ni siquiera se atrevió a respirar o a parpadear porque sentía que distraerse podría ser considerado una ofensa gravísima hacia su adorada esposa, quien lucía preciosa con ese bonito vestido color celeste que su madre le había regalado entre sus presentes de boda.
Suspiró, sintiendo que cada palabra que emitía le robaba el aliento.
—Monday to Friday or every day, Saturday, Sunday Let me love you forever, no matter the time, seven days like a dream forever...
Silencio.
(T/N) finalizó después de tres etéreos minutos de serenata, enrojeció de las mejillas y se encogió en la silla, sin saber en dónde meterse o qué decir, pero Luca se apresuró en dar un par de zancadas para poder abrazarla con firmeza, hundiendo la cara entre el hombro y los cabellos de ella.
—¿Te encuentras bien?— susurró él, sobándole la espalda varias veces.
—Sí, me siento muy bien. Parece que... puedo hacerlo de nuevo.
—Me alegra tanto.
La mujer sonrió, lo dejó mimarla durante un rato más y después se separaron para mirarse a los ojos, por lo que añadió algo al mismo tiempo en que le extendía la caja con chocolate un tanto caro que compró tras tortuosas horas de indecisión.
—Feliz día para ti, mi querido Valentín.
Luca se ruborizó hasta los oídos, pero no tardó en disimular la ligera timidez con una sonrisita traviesa, comió un chocolate y le guiñó un ojo de manera cómplice. Soltó una de las gardenias del ramo para engancharla tras uno de los oídos de (T/N) y le dejó un pícaro beso en la frente.
—Lo mismo digo, preciosa.
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