Viajeras

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¿Hacia dónde van mis palabras?

¿Llegan a su destino o se pierden en el vacío?

¿Acaso deciden cambiar de rumbo antes de alcanzar el horizonte?

¿Y si, tal vez, son mágicas y consiguen estar en diferentes lugares al mismo tiempo?

¿Qué hace el viento con ellas una vez que alzan vuelo?

A veces creo divisarlas surcando el cielo.

Pero no tengo certezas de si son verdaderamente.

Sin embargo, me gusta pensar que sí; que yo, su autora, tengo la cualidad de reconocerlas inmediatamente.

Al volar, mis palabras dejan de ser mías y se transforman en vocablos libres.

Deciden qué camino tomar y cuáles mentes atravesar.

Dotadas de osadía y un espíritu independiente, no siguen órdenes de nadie más.

Y es por eso que a veces cierro los ojos y me pregunto:

¿Dónde estarán mis palabras?

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