Bebidas no pedidas

21.1K 2.5K 323
                                    

La mayor parte de la noche había consistido en tratar de actuar civilizadamente frente a los diferentes alfas que no lo hacían, antes de la cena un desfile de caras, presentaciones y nombres comenzó en su mesa; Matías y Olivia con una sonrisa tensa recibían a uno tras otros de los que se presentaban fingiendo no conocerse mutuamente después que estos saludaban a sus padres, que a pesar de haber elegido una mesa solo para ellos, no habían podido salvarse de la multitud indeseada; palabras sin sentimientos, frases falsas e intenciones que no quedaban escondidas era lo que les había recibido sin darles un respiro y cuando se retiraba uno por arte de magia aparecía otro.

Por lo que el omega adoró el momento en el que la cena comenzó a ser servida por el personal, solo de esa manera dejaron de acercarse a sus padres para molestar presentando a sus hijos o hijas, buscando uniones no deseadas con Olivia y él de la forma más disimulada hasta la más directa.

Con satisfacción Matías inició a comer el plato de entrada, el carpaccio de salmón estaba delicioso, no sabía si eso era lo que sentía debido a la retirada de los molestos alfas o porque el Hills con su comida gourmet siempre lo sorprendía; de igual forma disfrutaba el exquisito silencio de las voces desconocidas y gozaba de poder escuchar solo las que él necesitaba, las de su mesa. La cena siguió su curso de forma serena, conversaciones amistosas sobre el embarazo de Elías, recomendaciones de parte de Valerio y su madre, las familias discutiendo sobre las próximas celebraciones; alegres recibían platos tras plato, vaso tras vaso sin interrupciones impertinentes, tanto los Grayson-Hill como los Otero Garcia habían mantenido una amistad de familias que seguía presente aún en sus hijos, las conversaciones cómodas y las risas siguieron aún cuando no quedaron platos para terminar, continuaron hasta que llegó el momento que la mayor parte de los invitados comenzó a retirarse.

De la mesa los primeros en marcharse fueron sus padres y Olivia, los primeros excusándose debido a una reunión al día siguiente y la segunda antes que llegara en postre diciendo que necesitaba ir al baño, Matías acompañó a sus padres hasta que se subieron al auto en la entrada principal donde los despidió para regresar dentro a disfrutar con sus amigos; los segundos fueron Santino con Elías, su gran amigo a penas podía mantener sus ojos abiertos y debido a su condición no podía quedarse en lugares donde muchas feromonas se percibieran, lo último cortesía de todos los alfas que llegaban en busca de hablarle a él sin importarle que un omega embarazado estuviera en la misma mesa, por lo cual Santino se habían ido con Elías totalmente dormido después de que este peleara minutos por quedarse despierto por más tiempo en la fiesta y era algo obvio para Matías, que su Eli prefería la casa donde las feromonas de su alfa eran lo que más se sentían y lo calmaban tanto a él como a la bebé en su vientre.

Dejándolo a merced de lo que pasara en la fiesta.

Sin embargo, tras un rato viendo todo desde lejos Matías comenzó a sentirse solo, sin mencionar aburrido ya que nadie se atrevía a acercarse a él luego que sus padres se hubiesen retirado y Olivia no estaba en ningún lugar visible desde horas atrás, solo podía o trataba de imaginar dónde se habría metido su hermana. Poco a poco la gente del círculo social obligado de sus padres fue retirándose, dejándolo en medio de la mesa, mientras bebidas comenzaban a llegar.

El ambiente estaba a punto de cambiar por completo ahora que quedaban solo los jóvenes herederos y herederas, cosa que no le molestaba, sabía lo que estaba a punto de comenzar.
Un juego.










                                  ≪ •❈• ≫












Medianoche, las 12:45 am y se habían movido del jardín a un salón más privado, todo gracias a la inmensa generosidad de alguno de los engreídos alfas que estaban en la celebración queriendo presumir el dinero que no tenían y evidentemente era de sus padres; para Matías el aburrimiento era mortal, Olivia no había regresado en toda la noche y nadie se atrevía a acercarse para hablar con él por lo que no veía cuál era el sentido se seguir presente, podía hacer la tarea de ese día en otra ocasión.

La Canción de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora