Todo inició con el vaso rojo de eso estaba consciente, ese pequeño y mísero vaso, ese trago había sido su perdición; la segunda decisión estúpida de la noche, después de ese vaso, claramente fue bajar a la pista después de haber ido al baño a hablar estupideces y por último besar a esa omega ex-compañera suya; la otra tontería que lo llevó a donde estaba fue ese alfa pelirrojo, del cual hasta el momento ni siquiera sabía el nombre. Los recuerdos estaban llegando todos juntos a su cabeza, mezclados haciendo un nudo de confusión sobre qué había sucedido primero o que después, demasiado rápido como para procesarlos, rostros, salones, pasillos; primero era una sala, luego una pista y después un ascensor, después era él.
Todo era claridad si se trataba de él, él con sus hermosos ojos violeta.
Estaba iniciando a hiperventilar, mientras Alma le intentaba hablar, la voz de la vieja omega era apagada con los recuerdos en su cabeza, no comprendía lo que los arrugados labios decían.
"Más quiero mhmmm más" "Haakon ahhh ahí" "un bebé hazme un bebé" "márcame mhm'' '' hazme... tuyo mi alfa".
Oh mierda mierda, mierda, mierda.Repentinamente inició a escuchar su voz en su cabeza, de una manera en la que jamás la había oído e imágenes claras comenzaron a pasar dentro, unas demasiado explícitas como para ser obra de su imaginación mientras estaba ebrio, la persona que el alfa estaba cargando era él y solo él.
Sin mirar a nadie, se levantó de prisa de la silla en donde estaba para ponerse en marcha en dirección a la salida, no quería estar más tiempo dentro de esa sala, no quería seguir escuchando o viendo más de lo que ya había, quería regresar a su cuarto, a su cama, empezó a avanzar cuando recordó una extraña sensación en sus labios, en su boca, en algún punto sus caninos se habían alargado.El sabor metálico, lo recordaba a la perfección.
Sangre...
No había razón alguna para tener esa sensación, era imposible, a solo que hubiera entrado en celo y que...
"No mierda, no, todo menos eso"; pensó Matías su respiración comenzó a cortarse, necesitaba...De inmediato cambió de dirección y fue corriendo al baño de la sala, abrió de golpe la puerta para cerrarla con llave después de haber entrado, no quería que nadie lo viera, ni siquiera él mismo quería mirar; se quitó el suéter de encima de manera brusca atorandose en el proceso, cuando lo hubo zafado se colocó frente al espejo sin querer voltear a ver, pero sin opción alguna sus ojos giraron para ver al cristal y sus manos se apretaron en puños cerrados. Su cuerpo estaba lleno de marcas en una variedad intensa de colores, iban en tonos desde rojos, violeta hasta rosa; todas ellas cubrían su torso, su abdomen y más abajo, Matías se acercó al espejo con miedo de encontrar algo debajo de de todas esas marcas en su cuello, estudió meticulosamente cada centímetro de su piel en esa zona, pero no había señal alguna de una marca.
"Pero caninos... recuerdo colmillos"; pensó, no tenía sentido nada, absolutamente toda esa mañana había sido el día más catastrófico, si no estaba marcado, entonces por qué... ¿Por qué recordaba sangre y su sabor en sus labios?
Sus ojos en el reflejo se abrieron con angustia, la realización lo golpeó de inmediato, no recordaba haber sentido su piel siendo perforada, mordida o marcada de esa manera, no había señal en su piel como tampoco en su memoria de que hubiera sucedido, porqué era él quien recordaba sus caninos alargando en medio de su celo, porqué era quien había mordido.Era él quien había marcado a su alfa.
El frenesí de esos seis días en su apartamento como una bomba explotó en su mente, haciéndole ver por completo todo lo que había sucedido y como él había prácticamente dominado al alfa en todos los sentidos, todo lo que le decía, Haakon lo seguía con total docilidad y obediencia, desde irse del lugar, salir del auto estando dentro suyo mientras iba en sus brazos y más cada vez su cabeza se iba llenando de más y más recuerdos.
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La Canción de Hielo
RomanceMatías, un omega dominante con un gen extremo es el mayor de los hijos de los dueños de las empresas hoteleras millonarias más importantes de Latinoamérica, el grupo Otero, detesta con todo su ser la idea de ser marcado y usado como una máquina par...