Capítulo 5

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Maddy siempre ha sido una apasionada por la moda. Gracias a que su madre trabaja como diseñadora en una muy conocida marca de ropa, Maddy tiene un armario en el que perfectamente podría vivir una familia. Luego de 15 minutos cambiándose de atuendo se decide por un top negro de encaje que deja al descubierto solo un poco de su perfectamente tonificado abdomen, una falda corta negra con unas botas del mismo color que le llegan por debajo de las rodillas junto con un blazer largo color beige. Su cabello rubio cae sobre sus hombros en perfectas ondas.

-Estoy lista. Ahora es tu turno de ir a cambiarte- Dice agitando sus manos de abajo hacia arriba para que pare de su muy cómoda cama tamaño super King en la que fácil podrían dormir dos osos polares y les sobraría espacio para sus crías.

-Está bien- Digo levantándome de mala gana de la cama- Dejaré que juegues a las barbies conmigo.

Mientras me coloco lo que Maddy arroja para mi sobre su cama ,ella pregunta – Me gustaría saber cual fue el bicho que te picó para querer ir a la fiesta de Lía y Patrick

-Bueno estuve pensando en lo que dijiste. Y no debería perderme la mejor fiesta del siglo, que todos hablen de ella y ser la única persona en la Tierra que se la pierda – Digo usando sus palabras.

-Sí y yo soy la mismísima Hanna Montana. Ya dilo de una vez- Y me lanza un top deportivo por la cabeza

Suspiro y decido que lo más sano físicamente para mi es decírselo. Maddy me conoce muy bien y sabe perfectamente cuando estoy mintiendo o no.

-Quien carajos se cree! Bueno es muy probable que leer un libro o dormirte temprano fuese lo que ibas a hacer. Pero aún así, si prefieres ser una inadaptada social es asunto tuyo.

-Vaya no me apoyes tanto – Digo fingiendo estar afectada por su comentario – El punto es la forma en que lo dijo. Como si me conociera como la palma de su mano.

-Bueno hoy le demostraremos que no tiene idea de quien puede ser Lena Taylor

Cuando termina de arreglar mi cabello me hace pararme frente al espejo para verme. Maddy realmente se esmeró para hacerme lucir caliente en una corta falda de cuero negra, un top plateado de cuello en V que da un buen vistazo de mis pechos y deja mi espalda casi completamente al descubierto.

-Ethan se va a cagar en los pantalones cuando te vea. A ver que opina ahora el muy desgraciado, prejuicioso, hijo de su p...

-OKEY Maddy. Se entendió tu punto – Digo intentando calmarla. Puede ser que por fuera se viera como una hermosa princesa salida de Disney pero a la hora de hablar, Maddison Bonnet podía ser peor que un camionero

-Quiero que esta noche seas todo lo contrario a lo que Ethan cree que eres. Aunque sea solo para joder un poco con su cabeza- Maddy se ríe mientras termina de aplicarme un labial rojo.

Maddy no mentía cuando decía que esta sería una fiesta tipo Proyecto X. La casa de Lía y Patrick era enorme. Se veía demasiada gente por todos lados. Gracias a Dios su patio trasero daba a una parte del bosque por lo que muchas personas se habían instalado ahí. Maddy llena nuestros vasos con cerveza y con un asentimiento de cabeza ambas bebemos hasta la ultima gota. Saca de su bolso dos botellas pequeñas de agua y me entrega una.

-Se que nunca bebes, me puedes dar las gracias mañana. Este es mi truco para no tener resaca al día siguiente. Por cada vaso que te tomes, tomas la botella de agua entera. De nada – Dice luciendo orgullosa.

Nos tomamos las botellitas de agua y rellenamos nuevamente nuestros vasos de cerveza pero esta vez decidimos ir despacio. Deambulamos por el lugar un rato saludando gente. Cuando vamos por el tercer vaso comienzo a sentir más calor de lo habitual, sobre todo en mi rostro. Entramos a la casa para que Maddy use el baño. Voy mientras tanto a la cocina para rellenar las botellas de agua que no hemos tomado como Maddy dijo que teníamos que hacer.

-Quien más que ella vendría a una fiesta para beber solo agua y encima del grifo? La voz burlesca de Ethan suena a mis espaldas.

Cuando Maddy mencionó que no bebo nunca es porque realmente no bebo. Puede que sean 3 las veces que he tomado anteriormente y siempre un vaso que nunca me termino por completo. Por lo que lo siguiente que digo y hago es cien por ciento el alcohol en mi sangre nublando mi mente de pensar con claridad.

-Esto? – Me doy la vuelta y le enseño a Ethan y Max que estaba a su lado, la botella. Es agua bendita para callar a los demonios malnacidos como tú- Digo moviendo la botella destapada en su dirección. Gracias al alcohol mis habilidades motrices no están del todo funcionando asi que solo le mojo un hombro a Ethan.

Me mira con los ojos abiertos sin saber que decir y luego le echa un vistazo a su hombro como si no fuera capaz de asimilar lo que acabo de hacer.

Asi es Ethan! La nueva Lena es capaz de quemarte vivo si asi lo desea! Okey quizá no para tanto.

Max comienza a reír hasta las lágrimas al lado de Ethan. Pero rápidamente se distrae con una chica que comienza a platicarle hasta que puedo ver por el rabillo de mi ojo que se marchan de la cocina dejándonos solos.

-Acaso estas borracha? – Por primera vez en mucho tiempo Ethan me habla directamente a mí. Me mira con esos preciosos ojos verdes tan de cerca que... Esperen. En que momento se movió tan rápido para llegar a estar frente a mi? Su cara está a solo unos centímetros de la mía y siento que todo me da vueltas. El corazón me late muy rápido y mi estomago se ha convertido en una jaula llena de mariposas intentando escapar. Me va a besar? Ethan Acerca su nariz a mi boca e inhala. Luego se aparta.

-Desde cuando tomas? – Frunce el ceño. Parece de verdad sorprendido.

Soy una estúpida. Quizá sea por el alcohol, pero me siento decepcionada.

-Te das cuenta de que acabas de perder posiblemente el record Guinness en ''ignorando a Lena?''- Digo usando mis dedos para las comillas. El alcohol me esta dando agallas...

-Donde esta Maddy? – Pregunta, ignorando lo que acabo de decir.

-Y a ti que te importa? No. Desde cuando te importa lo que haga?- Crucé los brazos sobre mi pecho tratando de parecer más dura de lo que me sentía.

Cielos. Alguien que me calle un segundo. Mañana voy a estar arrepentida de la mitad de las cosas que pasen esta noche.

-Luces como un gato despertando de la anestesía- Se burló riendo en mi cara dándome una ligera mueca– Se de da fatal hacerte la fiestera. Deberías haberte quedado leyendo un libro en casa.

Las lágrimas comienzan a arder detrás de mis parpados. Estaba tratando de hacerme sentir avergonzada pero no pienso darle en el gusto.

-Porque no se lo dices a alguien que le interese tu opinión- Lo rodeo para salir de ahí cuanto antes. Antes de salir de la cocina giro sobre mis talones y lo miro a los ojos – Y podrías volver a tu maldita y eterna ley del hielo. Se te da fatal abrir la puta boca.

Dos vasos más tarde estoy meneando mis caderas al ritmo de la música junto a Maddy. Decido no contarle sobre mi encuentro con Ethan. Sería capaz de ir a buscarlo y escupirle en la cara.

Estoy en un estado etílico en el que poco me preocupa si luzco sexy o ridícula por la forma en que me muevo. Sigo bebiendo para intentar sacar de mi cabeza las palabras de Ethan. Varios chicos han intentado bailar con nosotras pero Maddy los ha mandado a volar a todos en nombre de las dos.

Con una mano sosteniendo su vaso y con la otra acunando su boca. Se acerca a mi oído –Te dije que tenía razón. Ethan no ha dejado de mirarte en toda la noche.

Inconscientemente sigo la mirada de Maddy y veo a Ethan hablando con una chica prácticamente colgando de su brazo desesperada por su atención. Nuestras miradas se encuentran. Por un momento fíngo en mi mente que no es el chico que me desprecia y en su lugar es un chico que trata de seducirme porque me encuentra atractiva y le gustaría sacarme a bailar y besarnos toda la noche. Sostengo su mirada y comienzo a bailar lo más sensual que puedo. Meneo mis caderas en un suave vaivén siguiendo el ritmo de la canción que está sonando. Me giro y con mis manos recojo mi cabello para que quede por delante de mis pechos y tenga un vistazo de mi espalda desnuda.

Sonrío y me doy palmaditas mentalmente cuando veo su mandíbula tensarse tanto que podría fácilmente quebrarse un diente. Su mano sostiene un vaso rojo que cada vez aplasta más y más. La sonrisa se borra de mi rostro cuando lo veo sujetar por la cintura a la chica con la que está y la comienza a besar moviendo sus cuerpos pegados contra la pared y dándome la espalda.

Finge que me quieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora