20.- La Decisión.

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Estaba harto.

A penas había comenzado el curso y ya estaba harto.

El profesor Snape estaba explicando algo, mientras él observaba a esa chica... La sangre sucia. Giró su cabeza un poco y se descubrió a Aren mirándola también.

¿Qué es lo que le veía? Era una sabelotodo insoportable, al contrario de Aren, ella no tenía buena posición económica ni siquiera era de buen linaje... Era una sangre sucia...

Bufó.

Odiaba el hecho que lo hubiera tumbado de su escoba.

Era una tonta.

Un golpe lo sobresaltó y lo hizo poner atención, el profesor Snape estaba repartiendo libros, lugar por lugar.

-Quiero que estudien -Dijo con voz pausada- De la página veinticinco a la cincuenta -Ordenó.

Algunos alumnos se quejaron, pero Draco no le tomó importancia

Snape le dio un libro a Theo, luego a él... Pero el de él era diferente, estaba viejo y un poco maltratado. Draco alzó el libro y lo observó un poco, luego miró a Snape y se lo entregó de nuevo.

-Quiero otro, este está horrendo

-Este es tu libro y no quiero quejas -Respondió el profesor- Ni cambios, te lo advierto, Malfoy.

El chico soltó un suspiro cansado. No iba a discutir sobre un libro, mucho menos con su padrino. Así que se encogió de hombros y comenzó a hojearlo.

"Pociones Avanzadas"

"Propiedad del Príncipe Mestizo"


~ ° ~


Un escalofrío recorrió la espalda de Hermione, haciéndola despertar. Parpadeó varias veces para aclarar su vista, estaba sola... en la habitación de Draco.

Sonrío de lado al recordar lo que había pasado la noche anterior, pero, ¿dónde estaba el rubio?

Se sentó lentamente y miró la habitación, pero no estaba, ni siquiera en el baño, estaba sola.

Caminó por la habitación con una sábana cubriendo su cuerpo, mientras analizaba cada detalle. Todo estaba perfectamente ordenado y pulcro. A diferencia de Hermione, que, aunque no era desordenada, no tenía un orden tan metódico para las cosas. En su escritorio había solo una foto de él con los que Hermione supuso eran sus padres. Draco estaba en el centro, sentado en una silla, mientras sus padres estaban de pie, cada uno en un lado, tocando su hombro, ninguno sonreía. Se notaba que la foto era reciente, pues Draco no se veía muy diferente.

Se puso a pensar en el trasfondo de aquella foto, ¿por qué no sonreían? ¿por qué lucían tan... poco felices? ¿Acaso la vida de Draco Malfoy era así? Tal vez ella estaba equivocada y solo era la pose de la foto, solo ese momento, pero recordó cuando lo conoció, aquellos primero días en los que tuvieron que convivir. Draco siempre estaba serio y con una expresión de superioridad, en parte, tenía razón, pues era un niño rico con un montón de privilegios, estudiando en uno de los colegios más prestigiosos y siendo sangre pura. Aunque en Hogwarts había chicos sangre pura, nunca se había topado con uno que fuera como Draco, incluso tenía años sin escuchar el "sangre sucia" .

Pero algo había cambiado en Draco, ahora ya no tenía esa mirada tan severa, ni era un grosero, todo lo contrario, sonreía más, era juguetón y ya no insultaba, incluso, aquella idea de que solo venía a ganar, poco a poco iba perdiendo relevancia, ahora había algo más importante, algo que lo había hecho desafiar todo en lo que creía, la forma en la que había sido educado, absolutamente todo y ese algo estaba en su habitación.

El Torneo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora