Capítulo 11

566 22 1
                                    

Narra Claire:

Me quedé estática durante unos largos segundos ahí, recordando las palabras que Mattheo me había dicho segundos antes de darse media vuelta e irse hacia el castillo. Me dolieron, y más por la mirada que me echó, una muy cortante.

Sentí como se me encogía el pecho. Y ahí me di cuenta finalmente. Me gusta Mattheo. Quizás es muy pronto decir que estoy enamorada, pero ahora sí que estoy segura de que siento cosas por él y son bastante más fuertes de lo que me imaginaba.

Pero ya era tarde. Él ya no quería hablarme ni saber nada de mí. Todo por mi estúpida decisión de aceptar la propuesta de Cedric. Todo esto me lo he ganado yo solita. Si me hubiera guiado por el corazón, ahora mismo no estaría en esta situación.

Por mucho que me cueste, no voy a seguir a Mattheo. Querrá estar solo y tampoco quiere verme, así que miro a mi alrededor y luego al cielo. Está oscureciendo. 

- Hey, Claire. ¿Estás bien? -era Neville, quien me miraba con preocupación.

No dije nada, tan solo lo abracé. No me salían las palabras. Neville me correspondió el abrazo y respetó que no le haya contestado, por lo que entendió como me sentía y no insistió más en sacar el tema. 

- Vamos, volvamos a Hogwarts. En una hora empezará el banquete y me muero de hambre. -dijo animado, para intentar hacerme olvidar de lo que me estaba pasando.

Durante el camino de vuelta me contaba como era su vida con su abuela y que le encantaría conocerme y tomar el té juntas. Yo simplemente respondía con algunas palabras y sonrisas, la verdad es que gracias a él ya tengo la mente un poco más despejada.

Ya allí, fuimos juntos a junto Luna, y por como se miraban sabía que algo entre ellos dos estaba pasando pero ninguno quería decir nada. Nos sentamos en la mesa de Ravenclaw con ella mientras esperábamos a que el resto de nuestro grupo de amigos llegasen.

- ¡Hola chicos! -era Hermione, quien venía con una cajita de grageas de todos los sabores. -Toma, Claire. Te las compré para ti. 

- Muchas gracias, Her. En serio. -le di un abrazo y se sentó con nosotros. Los demás estarán por llegar.

Debido al eco que había en el Gran Comedor, pude distinguir unas risas, me giré a ver de donde venían y ahí lo vi. Mattheo estaba con sus amigos charlando. De un momento a otro, se levantó, dejando allí a sus amigos, quienes seguían hablando y riendo. Se dirigía hacia la salida del Gran Comedor.

Me lo pensé y decidí seguirlo, tenía que aclarar las cosas con él. Al menos quería ser su amiga, por mucho que me doliera no poder ser algo más.

- Ahora vuelvo. -les avisé a mis amigos mientras me levantaba del banco para seguir a Mattheo.

Él salió y yo apresuré mis pasos, no quería perderlo de vista. Si no hablo con él ahora no podré hacerlo luego, ya que siempre estará con sus amigos.

- Mattheo, espera. Por favor, necesito hablar contigo.

- No quiero hablar contigo, Claire. Además, ahora no tengo tiempo para ti, tengo cosas más importantes que hacer. -Me dolía muchísimo la manera en como me estaba tratando. Comencé a sentir como mis ojos picaban, dentro de poco se humedecerían y no quería que pasase eso.

- No serán más de cinco minutos, por favor Mattheo. Yo por Cedric no sien... -pero una voz femenina me interrumpió.

- ¡Mattheito! ¡Aquí estoy! ¿Vamos? -bajé la mirada hacia el suelo al ver como ella le dio un beso apasionado en los labios. Ahora sí que tenía lágrimas en los ojos a punto de salir.

La apuesta // Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora