Sara— Venga, Sar, que a este paso llegaremos tarde.
Sarah siempre hace lo mismo. Se rige por un horario elástico, como si considerara que el tiempo se expande para ajustarse al rato que ella considera necesario para arreglarse antes de salir.
—n¿Qué tal estoy?
Cuando aparece en la puerta del salón, alzo la vista del periódico que su compañera de piso debe de haberse dejado sobre la mesa y le presto toda mi atención. Cualquier persona lo haría; está increíble.
— ¿Vestido nuevo?
Me levanto y cruzo la habitación para acariciar con las manos el suave cuero de color carmesí.
Se adapta al contorno de su cuerpo como una segunda piel, hasta la mitad del muslo. Dejo que mis dedos se entretengan ahí, a la altura de su pierna desnuda, y que le suban la falda despacio hasta rozar la seda de su ropa interior.
Una sonrisa minúscula y cómplice se dibuja en su boca.
— Me lo tomaré como que me das el visto bueno, ¿te parece?
Le beso el cuello.
— Hazlo.
Cuando le paso una mano por la nuca y hundo la boca en el valle que se le forma entre las clavículas, suspira y da un paso atrás para apartarse de mí.
— No, Sara. Ya llegamos bastante tarde.
La miro a los ojos ahumados y maquillados a la perfección.
— Podría ser muy rápida.
— Lo sé.
Su voz tiene un dejo cortante.
— ¿Qué demonios quieres decir con eso?
Sarah también se queda inmóvil, con la mirada clavada en los tacones de vértigo negros, y luego me mira de nuevo.
—Solo que… Nada. —Suspira mientras niega con la cabeza—. No quiero discutir. Las dos estamos muy liadas. Vámonos ya.
No ha dicho ninguna mentira. Mi vida va a todo trapo, y la de Sarah también, tiran de nosotras en tres direcciones a la vez, y por lo general en sentido opuesto. Este fin de semana he tenido que hacer cambios en el trabajo para que por fin podamos quedar con Jessica y la tan aclamada, pero aún desconocida, Katherine Elizabeth Buchon. O algo así. ¿Y dónde nos reuniremos con ellos? En el maldito club privado de la buchona, cómo no.
— ¿Vas a ir así?
Me miro la ropa, ignoro a qué se refiere. Llevo un traje negro con un corsé blanco que hace ver muy gustoso mi busto , pero es intencionado; me ha costado mucho tiempo tener un aspecto tan candente, no es cierto, la verdad es que me tomo mucho tiempo saber que ponerme.
—Sí, Sarah. Voy a ir así.
Cojo la bolsa blanca de cuero que Sarah me regaló la Navidad pasada.
Ella se retoca el inmaculado pintalabios en el espejo del vestíbulo, coge su bolso y su abrigo y después se encoge de hombros.
—Vale.
La sigo escalera abajo y, mientras la veo avanzar con seguridad a pesar de llevar unos tacones con los que nadie debería parecer tan cómodo, agito los hombros para sacudirme el mal humor.
—Eh. —La agarro de la mano para frenarla cuando llega a la acera—. No quiero que nos enfademos. Te he echado de menos esta semana. —Le acaricio la suave mejilla con el dorso de la mano y le sujeto el delicado mentón. Le pasaría el pulgar por la boca carnosa si eso no le fastidiara el maquillaje—. Estás realmente preciosa con este vestido. Ya estoy pensando en arrancártelo más tarde.
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AMOR A PRIMERA VISTA (Capmirez)
FanfictionJessica no cree en el amor a primera vista. Piensa que una cosa son las películas y otra, la vida real. Sin embargo, un día de diciembre, su mirada se cruza con la de una desconocida a través de la ventanilla empañada del autobús. Surge la magia y J...