Jessica
Kate también la tiene, hasta cierto punto; ahora está volcada por completo en su puesto en el banco, junto con su hermano, y aunque hablamos casi todos los días, he cobrado conciencia de que algo empieza a distanciarnos.
Es una consecuencia inevitable de llevar vidas separadas, supongo. Ella está aquí, en Londres, haciendo nuevos amigos, comiendo en lugares de moda, y yo he vuelto a vivir con mis padres en Birmingham. Es posible que sean imaginaciones mías porque estoy angustiada por mi falta de trabajo. O tal vez solo sea envidia pura y dura. No todo el mundo puede cumplir sus sueños, ¿verdad?
Algunos lo consiguen, y otros se conforman con menos. Pienso en todo esto en la fracción de segundo que transcurre entre saludar a Sarah y a Sara e intercambiar una mirada con Kate mientras cruza el bar en dirección a nosotras cargada con una bandeja de cócteles con un aspecto impresionante.
Le guiño un ojo con sutileza y me hago a un lado para que pueda depositarlos en la mesa; Sarah me mira y me dedica un disimulado gesto de aprobación a espaldas de Kate. Cuando Kate se endereza y da un paso atrás, la agarro de la mano sin mirar a Sara. Me encanta que Sarah no se ande con ceremonias; se abalanza sobre ella y la besa en la mejilla al mismo tiempo que la agarra de la otra mano.
—Tú debes de ser Sarah —dice Kate entre risas, y durante unos instantes se observan en silencio.
Me pregunto si Sarah es lo que ella se esperaba; si ella está a la altura de la idea que Sarah se había hecho de ella. Todos guardamos silencio un segundo. Creo que Sarah, Sara y yo estamos intentando decidir dónde encaja Oscar en nuestro trío.
¿Se le concederá el mismo estatus? ¿O debe asignársele un rinconcito temporal, un lugar pasajero mientras se lo evalúa para la permanencia definitiva?
—Y tú debes de ser Kate —dice Sarah, aún aferrada a su mano—. A ver, deja que te eche un buen vistazo.
Ella finge examinarla y ella le sigue el juego conteniendo el aliento y esperando su veredicto con expresión solemne, como un colegial ante la directora.
—La apruebo.
Sonríe, desvía la mirada hacia mí, luego la clava de nuevo en ella y por fin la vuelve otra vez hacia mí. Algo tarde, se da la vuelta para atraer a Sara hacia el círculo.
—Esta es Sara —dice para presentarlas, y ahora me toca a mí contener la respiración.
Veo que Kate es el primero en tender la mano, y también me doy cuenta de que, intencionadamente, Sara deja pasar un segundo antes de imitarla.
—¡Fíjate! Menuda pose de hermana mayor. —Sarah da un golpecito a Sara en el hombro para relajar el ambiente—. Jess ya tiene un hermano de verdad para que se encargue de todo eso, así que puedes retirarte, soldada.
—No irás a preguntarme sobre mis intenciones para con Jessica, ¿verdad? —dice Kate en tono socarrón—. Porque son todas muy muy malas.
—Ay, ya me caes bien.
Sarah ríe, encantada, y Kate la recompensa con un cóctel de champán, igual que a mí. Sara olisquea el vaso relleno de cubitos y de un líquido ambarino que le ha dado a ella y se diría que pone cara de asco.
—Penicilina lo llaman —explica Kate—. Whisky. Jengibre. Miel. —Sonríe a Sara—. Una bebida casi medicinal.
Sara enarca las cejas.
—Soy más de vino, si te soy sincera, pero siempre le doy una oportunidad a todo.
A Kate le falla un instante la sonrisa mientras levanta la copa. Todos hacemos lo mismo.
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AMOR A PRIMERA VISTA (Capmirez)
FanfictionJessica no cree en el amor a primera vista. Piensa que una cosa son las películas y otra, la vida real. Sin embargo, un día de diciembre, su mirada se cruza con la de una desconocida a través de la ventanilla empañada del autobús. Surge la magia y J...