Un ruido molesto

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-Perfecto –Dijo Erza bufando

-No es cosa mía –Erza se empezaba a inquietar –Ponte aquí  y ni se te ocurra moverte. –Le ordene, me temía lo peor. Revise la habitación y cogí mi arma del cajón y me dispuse a salir, pero me cogió del brazo.

-Con cuidado.

-Volveré, tengo una familia que alimentar –Dije poniéndole la mano en su barriga y ella puso los ojos en blanco y me soltó.


Empecé a revisarlo todo y abrir luces y cerrar puertas, cuando estaba todas las habitaciones comprobadas no encontré nada, pero tenía que dirigirme aun en la cocina, sitio bastante peligroso hay que ir con cuidado.


Abrí la puerta de la cocina que estaba entreabierta y encontré lo que se había roto un pequeño vaso y una ventana abierta, Escuche otro ruido. Me gire y allí estaba.


Un pequeño gato se estaba comiendo las sobras que quedaron en el plato que estaba encima del fregadero. Me tocaba limpiarlo a mí pero con todo lo que sucedió se me pasó por completo, baje mi arma y la dejé encima de la mesa.


Increíble como había ido a parar aquí, cerré la ventana y me fui a por el gato. No tenía collar y parecía muy tranquilo, como acostumbrado a la gente, era pequeño y de color negro y blanco, ojos totalmente brillantes, verdes o eso me pareció a mí.


Debía avisar a Erza, así que me dirigí a la habitación.


Toque la puerta para que supiera que era yo y la llame. Estaba con un paraguas en la mano que tiro enseguida.


-No te lo vas a creer, ven  -Me miro sorprendida.

-Qué pasa?

-Dirígete a la cocina –Se fue a la cocina y se quedo parada.

-Es una monada, como has entrado aquí pequeñín –Se acerco

-Qué hacemos? Parece que no tiene dueño...

-Estás seguro, aunque quien dejaría a esta monada.. –Lo observaba mientras el gato se percato y se acerco con cuidado y se la quedo mirando.

-No lose, pero parece que le gustas.. Aunque a quien no le vas a gustar.

-No  te pongas tonto y dame comida para el gatito. –Y me miro con una sonrisa.

-Que le doy? –dije abriendo la nevera.

-Nose... algo, se le ve con hambre...

-m.. Atún? –Se lo pase y ella abrió la lata y se lo puso en el plato y con ansias el gato se lo comió.

-Le haremos una foto y ponemos carteles si no lo reclaman....

-Te lo quieres quedar? –Pregunte acercándome.

-No... -Que tono tan poco convincente

-ya... claro... Pues ponle nombre, Porque por lo sucio que esta parece que no tiene dueño... pero haremos lo de los carteles.

-Jelli.

-Dime.

-No, que se llamara Jelli.

-Eh! porque? -Me sorprendió.

-Os parecéis. –Dijo riendo y poniéndome las manos en la cara. –Sois iguales.

-Que va –La acerque a mí, pero el gato gruño y se acerco un poco donde estaba Erza.

-Ves, sois igual de celosos –Dijo riéndose y mirando al gato. –Que te pasa Jelli? –y se dispuso a acariciarlo cosa que no le deje podría tener cosas, así que le cogí la mano provocando que el gato me gruñera y se pusiera en modo defensa, mientras que Erza se sorprendió y me miro sonriendo de lado y orgullosa, seguro que piensa que es por los celos pero no es así.... es por el gato....

-Puede tener algo malo, pulgas o algo...

-Ya... claro... pulgas... no celos, verdad?

-Es verdad, aun quieres acariciarlo pues hazlo... -Sonrió aun mas.

-Sabes tengo una voz que me dice que te haga pagar por lo de hoy, ya sabes vinagre en la pasta de dientes, o...  hacer la comida una semana entera... -Me miro y yo trague saliva, a saber que más cosas había pensado... -Pero supongo que no hare nada... pensar en nuestra nueva mascota, verdad Jelli? –Y el gato se tranquilizó y nos observo.

-Me harás sufrir con el maldito gato verdad?

-Yo... no que va, te quiero demasiado –Y sonrió –Vamos a lavarte Jelli, Jellal lava los platos.

-Pero..

-Te toca hoy. –Cogió al gato que se dejo totalmente


Y se fue de la cocina riendo divertida y con el gato en brazos, me encanta que se ría y haga ese tipo de broma, así que me dispuse a lavar los platos pero antes...


-ODIO A LOS GATOS! –Y escuchaba con Erza se reía fuerte.

-Pues ya estamos formando la familia así que acostúmbrate caballero de pelo azul.

Y lave los platos mientras que Erza bañaba al gatete, cuando acabe la vi sentada en el sofá acariciando al gato.

-Ya lo has bañado?


Se puso el gato encima de las piernas y empezó a acariciarlo como si fuera un mafioso.


 -Me debes algo... -Intento imitar la voz de uno pero se le salía la risita tonta.

-Te encanta esta situación, verdad? –Acabo por reírse.

-Solo por las caras que pones. –Me miro picarona. Supongo que después de todo su estado de ánimo mejoro, que idiota fui... -Ey solo decía que tus caras son graciosas, nada más...

-Erza... me perdonas? –Me rasque la nuca –Me viene a la cabeza...

-Solo si no lo vuelves a hacer –Dijo acercándose y la abrace, entonces tenía ganas de hacer algo diferente para olvidar y renovar...

-Baila conmigo –Le dije como un susurro.

-Tú no sabes bailar y yo soy un poco patosa...

-Y? –Me separe y la cogí por la cintura como para empezar a bailar –Estamos en casa y nadie nos vera, bueno solo el gato molesto –Que estaba totalmente sumido en sus pensamientos mirándonos.

-De acuerdo pero no me pises.


Y así terminamos lo que era ese maldito día, bailando.


Ella daba vueltas mientras miraba hacia abajo a veces para no pisarla, cuando empezamos a coger confianza nos soltamos un poco mas hasta que caímos en el sofá asustando al molesto gato que se aparto enseguida.


-Te dije cuidado.

-Si , claro, mira la que no avisa del sofá

-No avise porque me hipnotizaste con tus ojos

-Y a mi tu sonrisa –Me salió solo y totalmente cierto incluso me puse serio y todo.


Entonces nos acomodamos al sofá quedando ella encima y yo debajo y el gato dando vuelta inspeccionando.


-O... Cállate –Dijo un poco sonrojada

-O... cállame –Me tapo con su mano

-Yata. –Y se acomodo, pero no mucho –Llévame a la cama. –Y a eso me disponía pero se ve que por su mirada tenía otra cosa en mente –O... mejor...

NO OS ENGAÑEN LAS ROSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora