Cuando te conocí

10. Las sonrisas vienen y se van

En su camino de retorno a Manchester, cerca de las once de la noche se habían detenido a un costado de la carretera para descansar por un momento.

- Tengo una idea - anuncio Louis

- A ver cuéntame - Harry respondió recostándose contra el respaldar del asiento y girando su cabeza para verlo

- No quiero ir a casa todavía -

- ok - el Alfa sonrió - ¿y qué propones? -

Louis lo miro travieso antes de quitarse el cinturón de seguridad y deslizar una pierna sobre el otro para pasarse a su asiento y sentarse sobre su regazo con sus piernas de cada lado.

- Hola - sonrío coqueto colocando ambas manos sobre sus hombros

El Alfa río - hola - acarició con sus manos el largo de su espalda hasta alcanzar sus caderas

- Porque no nos quedamos por aquí, después de todo yo pensaba que recién volvería a domingo el domingo muy tarde - sonrío orgulloso de su idea

- ¿Te gustaría eso? -

- Ajá - aseguró convencido - siempre me ha gustado Leeds -

- ok ... hay que quedarnos -

El Omega no pudo ocultar su felicidad y dio un pequeño grito antes de juntar sus labios con los de Harry, quien solo rio.

El Alfa sujeto con una mano su rostro y acariciando gentilmente su mejilla con su pulgar lo alejó un poco para mirarlo con una solemnidad que el Omega jamás había experimentado haciéndolo sentir embargado por los sentimientos que el Alfa le generaba.

Volvieron a conectar sus labios, pero esta vez con mayor propósito e intensidad, escalofríos recorrieron todo su cuerpo al sentir las grandes manos del Alfa deslizándose para acariciar el final de su espalda.

Louis nunca había sido besado de la forma en la que lo besaba Harry, como si quisiera devorarlo, con una pasión y desenfreno que lo consumía, como si el Alfa estuviera hambriento y desesperado y lo único que podría apaciguarlo fuera el Omega, su cuerpo vibraba y su corazón latía a mil por hora.

Harry descendió besando su rostro, su quijada, su cuello hasta que llegó a sus clavículas y los besos se convirtieron en pequeñas mordidas que probablemente estaban dejando su piel marcada, la sola idea le encantaba.

- Harry - gimió llevando sus manos al cabello del otro

- Nunca voy a cansarme de saborearte Lou - dijo el Alfa lamiendo su camino de vuelta hasta hundir su nariz en su cuello

Sin pensarlo mucho impulsó su cuerpo hacia adelante, haciendo al Alfa jadear por la fricción generada.

Cerrando sus ojos Harry tomo un respiro profundo tratando de despejar su mente y sujeto al Omega por las caderas para conseguir un poco de espacio entre ellos.

- Louis - advirtió - ¿estás seguro que quieres comenzar esto? ... ¿aquí? - recostó su cabeza hacia atrás mirándolo entretenido -

Louis se sentía tan perdido en sus ojos que tuvo que hacer un esfuerzo consiente para responderle

Coqueto mordió su labio inferior - ¿te opondrías ... si quisiera ... hacerlo ... aquí? -

Harry froto su rostro con una mano sonriendo - Omega yo no me opondría a nada que tú me pidieras, no es posible para mí -

- ¿Incluso si fuese una exhibicioncita que le gusta hacerlo en público? - pregunto divertido con una ceja alzada.

El Alfa lo transformaba, le daba una confianza y poder que él nunca había experimentado.