The Last Letter. || Finney Blake.

❛ 5.

—Masón morirá asesinado.—Anunció la rubia con seriedad, mientras se apoyaba en el escritorio de su habitación donde acostumbraban a escribir.—Y ya tengo la fecha.

Finney frunció el ceño.

—¿Qué? ¿Por qué? Quedamos en que moriría por un accidente.

—Si, lo sé, pero nada es más doloroso para el lector que una muerte que se pudo evitar.

— ¿Te cae mal la maestra?—Preguntó horrorizado mientras tomaba agua del vaso que le habían ofrecido.—¿Por qué quieres que le duela?

—La historia no solo la estoy escribiendo para la profesora, la estoy escribiendo para mí, para mi familia y también para tí. No quiero que sea una simple tarea, quiero que sea algo especial.

—¿Asesinar a Masón es algo especial, Blair?

—No.—Bramó la chica rodando los ojos.—Pero que tenga un final memorable si lo es.

Finney la miró con algo de desconcierto, la verdad aunque sea algo difícil de admitir le tenia miedo a la muerte. Sabia que había sido el mismo el de la idea de darle un poco de acción al final trágico, pero quería que fuera por accidente, un asesinato era algo perturbador. Y más por las cosas que han pasado en el pueblo con los chicos desaparecidos. Recordaba al mismisimo Vance Hopper, Finney podría apostar miles de dolares a que ese chico ya estaba muerto o bastante herido por su carácter.

Aveces tenía pesadillas con aquellos chicos, no solo con Vance. Veía como rogaban por ayuda, e incluso podía sentir que lo llevaban con ellos. Era aterrador, cuando eso sucedía generalmente despertaba aterrado, por eso la idea no solo le desconcertaba si no que le aterrorizaba, pero vio como le emocionaba la idea a Blair, como hablaba de eso como si no fuera una tarea y no pudo evitar concederle su deseo.

Así, Blair y Finney dieron por terminada su novela. El miércoles por la mañana la entregaron y el jueves fueron nombrados los mejores de la clase por su increíble relato. Los dos sabían que el final había sido demasiado, como el pretendiente psicópata de Julie asesinada a Masón por celos y nadie del pueblo supo que sucedió con el chico, todos pensaron que el chico se había suicidado y nadie jamás descubrió al asesino. Julie fue forzada a casarse con el asesino de su amado y nunca supo que en realidad Masón nunca la abandonó, lo obligaron a hacerlo.

Ella paso odiando al chico por el resto de su vida, sin saber que antes de ser asesinado, el planeaba casarse con ella. Masón y Julie habían pasado por tantas cosas para poder estar juntos, Y luego, sin darse cuenta, se rompieron mutuamente.

Nunca pudieron decirse lo que en verdad pasó.

Nunca tuvieron un último adiós.

Ni siquiera una última carta.

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Aveces las cosas no salen como uno las planea y eso es lo mas maravilloso llamado destino. Esa simple novela había hecho que algo más creciera. No había sido una simple tarea y la forma en la que se habían unido lo demostraba. Finney había salido de su casa esa tarde a escondidas de su padre, caminó con emoción y se encontró yendo a la casa de la rubia. Al llegar ahí la encontró, regando las flores blancas de su jardín. Se detuvo un segundo a observarla, el cabello dorado y ondulado de Blair se movía de forma delicada, ella lo vio y detuvo el agua para saludarlo con su mano libre.

— ¡Finn!

Se sentaron en el acera de la calle de su casa, pero había algo que llamó la atención de Finney, algo que no pasó por alto. El sufría bullying y nunca decía nada a nadie, era por eso que sabía perfectamente cuando una persona trataba de ocultar sus pensamientos. Así estaba Blair, ese día más que todo parecía estar ida. Sus ojos no dejaban de ver su jardín lleno de flores blancas, aún así el chico no dejo de charlar esperando que ella se distrajera.